¿Cómo es tu temperamento?

Yo no creo en el destino. Creo que uno es resultado de sus acciones, experiencia e historia. Además, para ser grande hay que cuidar las cosas pequeñas y hacerlo marcará una diferencia. Como gerente o director de cualquier organización, uno tendrá gente a cargo y una de esas “pequeñas cosas” es darse el tiempo necesario para conocer a fondo al personal.

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Entender la naturaleza humana no es fácil, pero no se trata de hacer un gran diagnóstico o de dedicarle horas a este asunto. No.

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Mucho más sencillo es conocer la predisposición, tanto propia como de nuestro personal, hacia ciertos aspectos del trabajo y de la vida.

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Esta predisposición, que se puede ver como la forma común en que una persona responde de manera emocional, se conoce mejor como temperamento.

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En muchas ocasiones se confunde personalidad con temperamento.

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Personalidad es la suma de todas las características personales o de comportamiento por las que se reconoce a un individuo.

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En cambio el temperamento es una respuesta emocional, una predisposición.

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¿Por qué es necesario hacer esta aclaración? Porque es muy común pensar que una persona no es capaz de desempeñar su trabajo porque tiene tal o cual personalidad, cuando en realidad es la predisposición emocional lo que está interfiriendo con el desempeño.

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Lo que importa
Desde el punto de vista gerencial, el temperamento es un indicador del potencial de éxito en los negocios.

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En la medida en que conocemos nuestro temperamento y el de nuestro personal, que entendemos las diferencias entre cada uno de nosotros, se puede hacer una mejor distribución de las actividades acorde a las capacidades de cada uno.

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Hay ríos de tinta que explican cuáles son los diferentes temperamentos, cuáles son las debilidades y fortalezas y hasta a qué debe dedicarse cada tipo de persona.

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Una de las teorías de temperamentos más reconocidas es la de Myers-Briggs, Keirsey. Según estos investigadores, la gente es de determinada forma debido a su temperamento y que éste se basa en la manera como las personas recopilan la información del medio ambiente.

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Existen los temperamentos del tipo S que adquieren conocimiento a través de sus sentidos, y los temperamentos N que se basan en la intuición. De acuerdo a como cada persona procesa la información puede ser T (si lo hace de manera racional), J (en base a juicios) o P (si lo hace mediante la percepción).

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La combinación de la recopilación y el proceso que se tiene de la información da por resultado cuatro tipos de temperamentos básicos:

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• SJ o guardianes: son personas leales al sistema, que se rigen por el deber, muy confiables y con cierta resistencia al cambio ya que conservan las tradiciones.

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• SP o artistas: personas de espíritu libre, buenos en situaciones de crisis, muy impulsivos y con una gran necesidad de libertad y de espacio.

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• NT o racionales: individuos que logran sus metas, muy independientes, curiosos intelectualmente, poco conformistas. Son personas basadas en principios y arquitectos de cambio.

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• NF o idealistas: personas con muchas habilidades interpersonales y que tienen una gran capacidad para convencer, cuentan con una imaginación vívida y necesitan de motivación y reconocimiento.

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Tomando como base esta teoría, antes de colocar a alguien en cualquier puesto ten en cuenta su temperamento para detectar si lo ubicarás en la actividad adecuada.

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Incluso la tarea puede ser más personal aún: reconoce tus propias características, identifica tu propio temperamento y podrás saber si estás en el trabajo indicado o si ya es hora de escuchar a tu temperamento.

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* Lucía Blanco es maestra del ITAM y coordinadora del Área de Recursos Humanos de la Licenciatura en Administración y del Programa de Desarrollo de Habilidades Gerenciales.