Desarrollada en los ya muy distantes años 70 y lanzada al mercado en 1983, la tecnología del CD ha dejado de ser novedad. Incluso su capacidad es puesta en tela de juicio –y hasta calificada de “reducida”– por los entusiastas del DVD, las siglas de la última novedad del mercado.
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El Digital Versatile Disc –sólo hay que imaginarlo– puede almacenar 17 gigabytes de información, ¡equivalentes a unos 28 CD’s! Por supuesto, esa pequeña cualidad sólo habla de una de las “gracias” más evidentes de esta nueva tecnología.
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En estos momentos ya circulan en el mercado miles de títulos bajo el nuevo formato. También se discute sobre la conveniencia o no de contar con distintos sistemas de seguridad (por regiones) para calmar a la industria cinematográfica hollywoodense, tremendamente preocupada con la posibilidad de que una cinta pueda llegar al público de una zona determinada del planeta antes de su estreno.
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Mientras son peras o son manzanas, Philips y Sony –los creadores del CD– se han apresurado para desarrollar un rival para del DVD, al que llaman por ahora Super Audio Compact Disc. Este súper CD ofrece un sonido más perfecto y la gran ventaja es que puede tocarse en un “viejo” reproductor de compact discs. La batalla ha comenzado.