Aunque son considerados como un ejemplo por su integración productiva, en los últimos años los cerveceros tuvieron que importar cebada. A pesar del que la industria ofrece diversos mecanismos para fomentar la producción de grano en México, la superficie cultivada no es relevante: apenas 0.2% del total. Algunas estimaciones señalan que casi 50% de la producción de cebada no cumple con la calidad mínima requerida, por lo que termina como alimento para animales. Según la Secretaría de Agricultura, en 1998 la producción aumentó 5.6% hasta 496,800 toneladas, y de este total probablemente 270,000 toneladas fueron utilizadas por la industria cervecera. En contraste, las importaciones ascendieron a 376,357 toneladas, 42% más que en 1997. Pero también hay quien supone que la industria cervecera no puede prescindir de la cebada nacional. Aunque la importada es de menor costo, las características de la mexicana son las que han dado éxito a la cerveza del país en el extranjero. Entonces, ¿la cebada nacional sobrevivirá?
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