Santiago Vera y Adrián Rojo, socios de Santo Rojo Arquitectura
La arquitectura va más allá de la adecuación de espacios para habitarse. Esto lo saben Santiago Vera y Adrián Rojo de la Vega, socios fundadores del estudio Santo Rojo Arquitectura, quienes usan su profesión para mejorar vidas y en donde manifiestan su actividad emprendedora.
De acuerdo con Vera, su vocación es el servicio del cliente, el paso a paso durante la concepción y construcción del espacio ideal para cada uno. Con ello se logran trajes a la medida en espacios habitacionales, de trabajo y hasta paisajismo. "Queremos meterle más profesionalismo a la industria, sin retrasos en las entregas y que el cliente cubra todas sus necesidades", comenta.
Bajo la idea de solucionarles problemas a los clientes, trabajan en proyectos innovadores propios, como una residencia de estudiantes que dé servicio a quienes asisten a las universidades en el Sur de la Ciudad de México, que sea autosuficiente y ofrezca hospedaje, alimentos y transportación.
Otro proyecto en el tintero son las casas prefabricadas, que se puedan comprar por paquete en tiendas departamentales y ensamblar por dos personas.
Pero las ideas requieren de financiamiento. Al ser emprendedores están conscientes del difícil acceso a la banca comercial, por lo que iniciaron su propio estudio a través de una inversión privada, con una oferta sencilla que también ofrecen a futuros inversionistas de proyectos propios: rendimientos mayores a los intereses bancarios y con menores costos, que hacen atractivos esos portafolios.
"No se trata de encontrar el hilo negro, sino de recobrar valores, reutilizar materiales y traer de vuelta lo que esta en desuso", señala Vera.
Santo Rojo es un lugar ideal para cubrir las necesidades de cada persona en espacio y muebles, y hasta una idea que revolucione al mundo.