Paola Espinosa, Clavadista
La clavadista Paola Espinosa recuerda que tenía 17 años cuando subió por primera vez a una plataforma de 10 metros. "Tenía mucho miedo -dice-, todos tememos enfrentarnos a cosas nuevas".
Seis años después, Espinosa ganó en el Campeonato Mundial de Natación de Roma, Italia la medalla de oro en el trampolín de 10 metros, aun cuando la china Chen Ruolin era la favorita.
"En el mundo de los negocios los directores generales de una empresa pasan por lo mismo", dice Alfonso Rodríguez, socio director de FBC Consulting y mentor de Endeavor México. "La competencia no se puede olvidar".
Espinosa piensa que al enfrentarte a algún reto "desde lo más alto", seas un atleta o el CEO de una empresa, debes "ver hacia arriba y luego hacia enfrente".
La clave al dirigir una empresa o hacer el clavado perfecto -añade- es pararse al filo del trampolín y no pensar de más. Hay que prever antes cómo se hará el trabajo: "Cuando llega el momento de lograr la meta, me aviento y ya".
Rodríguez señala que aventarse en un empresa es ejecutar en función de todo lo que se ha aprendido: "‘Preparación' es la palabra de cualquier campeón u hombre exitoso".
"Tanto una clavadista como un CEO se enfrentan a elementos que no están en sus manos", dice Ludivina Herrera, directora de la Licenciatura en Administración y Estrategia de Negocios del Tecnológico de Monterrey. Las crisis, la responsabilidad de los miembros de un equipo o la competencia afectan el desempeño del líder. "Es posible no alcanzar la perfección -dice Herrera- ni ser los primeros siempre".
En las olimpiadas de Londres 2012, Espinosa obtuvo segundo lugar en la plataforma de 10 metros sincronizados. "Así no alcances lo que piensas, hay que dejar el alma -dice-, cuando trabajas y te esfuerzas, no importando el resultado, quedas satisfecho".