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Invasión cool

GAP, H&M y American Eagle Outfitters llegan a México tras la caída de aranceles a productos chinos. Los empresarios nacionales del vestido dicen no estar preocupados ante la amenaza de la ropa fashion
vie 01 marzo 2013 01:59 PM
La tienda de H&M en el Centro Comercial Santa Fe de la Ciudad de México es la segunda más grande de la cadena en el mundo. (Foto: Manuel Riestra)
tienda H&M (Foto: Manuel Riestra)

Los mexicanos con gusto por la moda global durante años lamentaban la ausencia en el país de muchas de las principales cadenas de ropa cool y precios accesibles para las masas. Una playera de H&M o una sudadera de American Eagle Outfitters sólo estaban disponibles para quienes fueran de compras a ciudades de Estados Unidos, como Los Ángeles o Miami.

De repente, estos fashionistas vieron abrirse las puertas del cielo -y las marcas internacionales entraron a un mercado codiciado- cuando desaparecieron los aranceles adicionales para la importación de prendas de vestir desde China, la principal sede de producción de esas cadenas.

Una serie de marcas de gran reconocimiento comenzaron a abrir tiendas en el país en el último año: American Eagle, H&M, GAP, Express, Forever 21 y Stradivarius. La venta de ropa creció 6.4% en 2012, impulsada por las recién llegadas, que enfocan su publicidad a los fashion shoppers, amantes de las últimas tendencias de entre 20 y 30 años.

"Creemos en el mercado mexicano, vemos que el PIB crece, la clase media crece y entendemos mejor al consumidor", dijo en septiembre pasado Stefan Laban, vicepresidente de Alianzas Estratégicas de GAP. Ésta estaba en Liverpool desde 2005, pero inauguró su primera tienda propia en el país en noviembre en el Distrito Federal y ahora planea tres más en la capital, el Estado de México y Jalisco.

Una producción de alto volumen, la preferencia de los consumidores mexicanos -amantes de las marcas globales- y la importación sin restricciones desde China son las ventajas competitivas de las marcas extranjeras. El premio es un mercado de 21,000 millones de dólares (mdd) anuales en ropa, zapatos, bolsas, maletas y accesorios, al que los mexicanos dedican 4.3% de su gasto familiar cada mes.

En el otro rincón, están casi 9,000 empresas nacionales que aportan 4.5% del PIB manufacturero mexicano. Pese a lo que parece una amenaza a su supervivencia, aseguran que no están preocupadas y que están acostumbradas a la competencia. Recuerdan que la número uno del mundo, la española Inditex, dueña de Zara y Bershka, está aquí hace mucho.

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"El líder mundial lleva 20 años en México y hemos salido a flote porque no todo es cuestión de diseño", dice Sergio López de la Cerda, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive). Los nuevos participantes no les quitan el sueño a los empresarios, agrega, "porque compiten diariamente con marcas internacionales desde que se firmó el TLC".

"El sector aguanta -coincide Moisés Kalach, su par en la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex)-. Los industriales han pasado por varias crisis y han reinventado sus negocios".

La caída de una industria

El sector textil y del vestido en México incluye 8,760 empresas entre confeccionistas, costureras, reparadoras y textileras. Es la quinta industria que genera más empleos de manufactura, con 320,594 puestos de trabajo, 97% de ellos en empresas pequeñas.

Sin embargo, la actual es una versión reducida de la industria textil mexicana.

La liberalización de la economía que trajo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la llegada de  un minorista poderoso y que compra barato, Walmart,cambiaron la ecuación a inicios de este siglo.

López de la Cerda dice que el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton (1992-2000) advirtió a un grupo de líderes en Monterrey: "Me angustia seriamente ver a los mexicanos preocupados por China en vez de preocuparse por transformar su mercado".

"Tirar la toalla antes de tiempo", explica López de la Cerda, le hizo perder a la industria más de 52.2% de sus empleos entre 2000 y 2007. Las empresas dejaron de producir y prefirieron importar productos chinos, señala.

México paso de ser en 2003 el primer exportador de ropa a Estados Unidos al quinto ahora. 1,578 empresas cerraron de enero de 2008 a noviembre de 2012.

Uno de los que buscó la transformación que promovía Clinton fue Jaime Ibiza. El director general de Grupo Ibiza, fabricante de bolsos para dama y accesorios, asistió en 2005 a las reuniones que convocó la Cámara de la Industria del Calzado de Jalisco ante la invasión de productos provenientes de Asia. Los empresarios se reunían para hacer lluvias de ideas y planes de proveeduría para elevar su productividad.

Ibiza contrató a un técnico marroquinero italiano y dio cursos a su personal para perfeccionar la técnica. Hoy es líder en el mercado nacional con una marca propia para El Palacio de Hierro y presencia en El Salvador y Costa Rica.

Otra marca que reaccionó fue Pineda Covalin, productora de accesorios de lujo con estética tradicional mexicana, que en 2000 comenzó a diversificar su oferta y hoy es una marca insignia de la moda nacional que llega a 17 países.

"La industria tiene que renovarse -dice la fundadora, Cristina Pineda-. Nosotros hemos demostrado que con diseño, calidad e innovación se pueden posicionar una diversidad de nuevas marcas".

Tras prometerlo durante su campaña electoral, el presidente Enrique Peña Nieto anunció la construcción del Centro Nacional de Innovación y Moda para las Industrias Textil y del Vestido, similar a los que existen desde hace décadas en Portugal y Francia. Costará 250 millones de pesos (mdp), se instalará en Hidalgo y operará en conjunto con gobierno, industriales y academia, dice Kalach.

Además, los empresarios participan activamente en México Fits, un plan de desarrollo que ayuda a que los compradores de las grandes cadenas y vendedores se conozcan y hagan negocios. Según la Canaive, el proyecto ayudó a que la producción de prendas terminadas creciera 1.9% el año pasado y las exportaciones aumentaran 20%.

Mirar hacia adelante

El 1 de enero, el Diario Oficial de la Federación confirmó que el gobierno federal suspendía la baja de aranceles al calzado importado. Fue un respiro para Ysmael López García, presidente de la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato, que dice que las importaciones de zapatos chinos crecieron 213% en 2012.

Pero con o sin arancel -como ya es el caso de la ropa-, hay muchas mercancías que "entran a México con valores irreales", dice Kalach, de la Canaintex. Cuatro de cada 10 prendas entran al país con un costo de menos de un dólar, afirma. Así, la industria nacional no puede lograr precios competitivos.

Las empresas mexicanas pueden tomar dos caminos para mantenerse a flote ante la nueva competencia, advierte Gerardo Prado, socio consultor en comercio exterior de la firma Sánchez Devanny: seguir pidiendo al gobierno esquemas de proteccionismo que dificulten las importaciones o trazar una nueva ruta para subirse a las grandes cadenas.

En momentos en que el consumo de ropa en el país crece tres veces más que la producción nacional, es tiempo de incorporarse a las cadenas productivas, como en su momento lo hicieron algunos proveedores de la industria automotriz, uno de los motores de la economía hoy.

López de la Cerda, de la Canaive, ve esa oportunidad. "Quién mejor que los mexicanos podemos ayudar a las empresas extranjeras a tener respuestas rápidas de diseño y desarrollo de productos", dice.

Así, las compañías mexicanas podrán aprovechar el crecimiento de la clase media, sea realidad o percepción. Alfredo Troncoso, director de All About de la agencia de investigación de mercados De la Riva, dice que 32% de la población mexicana pertenece a la clase media, pero 85% se asume como parte de ella.

Lo atractivo para quienes buscan apoderarse del mercado es que, para 40% de la clase media, la compra de ropa es su principal fuente de satisfacción, según datos de Consulta Mitofsky. ACNielsen coloca a los mexicanos en el cuarto lugar entre los 10 países que prefieren marcas de ropa internacionales por sobre las locales.

En marzo de 2012, en un edificio de la Quinta Avenida en Nueva York, el recién nombrado ceo de American Eagle Outfitters, Robert Hanson, se enteró de los planes internacionales de la marca en su segunda reunión con el consejo directivo. Abrirían en México 50 tiendas en los próximos cinco años.

El consejo quería que México fuera el segundo mercado más importante de la marca fuera de Estados Unidos. "Teníamos tres grandes motivaciones -dice el ceo-: la solidez económica del país, una enorme población de 120 millones de mexicanos, dividida en segmentos de consumo de todos los niveles, y la certeza de que los mexicanos buscan marcas reconocidas y a buen precio".

El entorno no parece tan favorable para las marcas mexicanas. Pero esto no parece preocupar a David Hanono, director de Marketing de Ivonne, que se anima a competir de local y de visitante. "Si competimos con las internacionales en México -dice-, también podemos hacerlo fuera del país".

Investigación y entrevistas de Ana Paula Hernández Alday.

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