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Cruda realidad

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vie 29 marzo 2013 03:04 PM
Cientos de instalaciones como ésta se pueden ver a lo largo de Estados Unidos, convirtiendo al país en una potencia energética en ciernes. (Foto: Reuters)
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DECLIVE ENERGÉTICO

Los directivos de Pemex tienen entre siete y 17 años para encontrar nuevos países que estén dispuestos a comprar petróleo mexicano.

La explotación de grandes reservas de gas natural no convencional podría convertir a Estados Unidos -por mucho, el mayor comprador de crudo mexicano, acaparando 82% de las exportaciones- en un país autosuficiente en términos energéticos en 2020 o 2030, según estimaciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE) y la petrolera británica BP. Por su parte, China, que compra casi 3% del crudo mexicano, espera duplicar su producción de hidrocarburos en 2015.

De forma que en menos de dos décadas, Pemex puede perder casi 85% de sus ingresos de exportación. Esto significaría un fuerte golpe para la economía mexicana, ya que los ingresos petroleros representan un tercio del gasto gubernamental y 16% de las exportaciones.

Excluyendo los impuestos petroleros, la recaudación fiscal en México como porcentaje del PIB es la segunda más baja de América Latina, sólo detrás de Guatemala, según la CEPAL.

Disminuir la carga fiscal de Pemex le permitiría a la petrolera invertir más en exploración y producción. La paraestatal registra el ingreso neto por empleado más bajo del mundo, detrás de Ecopetrol, de Colombia, Petrobras, de Brasil, Gazprom, de Rusia y PDVSA, de Venezuela.

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"La capacidad de inversión de la petrolera está seriamente limitada por su elevada carga fiscal", dice Ardavin, de la OCDE. Gracias a que Pemex paga alrededor de 70% de sus ingresos en impuestos, es la única de las grandes petroleras en el mundo que reporta ingresos netos negativos.

Pero al gobierno le queda poco tiempo para buscar otra fuente de ingresos. De ahí la importancia de que Peña Nieto impulse una reforma fiscal antes de que termine su sexenio, dice Acuña, de la Universidad Iberoamericana.

En los últimos nueve años, las exportaciones de crudo mexicano a Estados Unidos cayeron más de 50%. Pasaron de 1.5 millones de barriles diarios (MBD) en 2004 a sólo 958 MBD en 2012, según datos de Pemex.

También está pendiente una reforma que le permita a Pemex atraer más inversión privada. Todo indica que el gobierno impulsará con fuerza este tema. A principios de marzo, durante su última Asamblea Nacional, los priistas decidieron modificar sus estatutos para votar a favor de un cambio constitucional en materia energética.

"En la parte de Pemex, aunque a muchos de nosotros nos podría gustar el tema de la privatización, no es ése el tema", dice Loser, el ex funcionario del FMI y director de Centennial Group Latin America. "Pero, ciertamente, debe haber una inclusión del sector privado y capitales fuera de Pemex para explotar petróleo y gas no tradicional".

México tiene la cuarta reserva más grande de gas no convencional del mundo, sólo detrás de Estados Unidos, Argentina y China. Para aprovechar este energético, México debe aliarse con socios públicos o privados que estén dispuestos a compartir los riesgos de inversión, dice Jeremy Martin, director del programa de Energía del Instituto de las Américas.

De aprobarse la reforma, en poco más de 20 años la producción de gas natural en el país pasaría de 50,000 millones de metros cúbicos a cerca de 90,000 millones, según la AIE .

"El gobierno tiene una ambiciosa agenda por delante", dice Lisa Schineller, encargada de fijar las calificaciones crediticias de los países de América Latina para S&P.

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