El director de Recursos Humanos de una importante empresa hace una prueba para nuevas contrataciones. El director propone, en tono burlón, el siguiente problema a los candidatos:
- Teniendo en cuenta la velocidad de un rayo solar, la suspensión del polvo desplazado por el gis que sostengo en la mano y las vibraciones de mis cuerdas vocales, calculen la edad que tengo.
Todos los candidatos callan nerviosos ante el problema, excepto uno que levanta la mano y dice:
- 44 años.
- Bien, me sorprende, ¿cómo lo supo?
- Porque tengo un primo que tiene 22 y sólo es medio sangrón.
UN CEO MENOS
- ¿Supiste que falleció el jefe?
- Sí, pero quisiera saber quién falleció con él.
- ¿Por qué lo dices?
- ¿No leíste la esquela que publicó la empresa? Decía: "¡...y con él se fue un gran trabajador!"