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Lecciones de una familia poderosa de Estados Unidos

Magnates del petróleo, creadores del Tea Party y polémicos. Los Koch también inspiran en negocios; Koch Industries es la segunda empresa privada más grande de Estados Unidos, después de Cargill.
vie 07 noviembre 2014 06:00 AM
David Koch, vicepresidente ejecutivo de Koch Industries. (Foto: AFP)
david koch, koch industries

3 consejos de un Koch

Charles Koch es un personaje controversial. Su ideología política lo pone constantemente en el ojo del huracán, sin embargo, su filosofía de negocios inspira a muchas personas del mundo de los negocios.

  1. “Es natural pensar que si los clientes no se quejan, están satisfechos. Eso sólo destruye la empresa y mata la creatividad”.
    “Encargar los detalles (de un trabajo) a quien lo hace, fomenta el descubrimiento y facilita la capacidad de adaptarse al cambio”.
  2. “No existen las industrias en crecimiento, existen empresas que se organizan y crean oportunidades de crecimiento”.

Koch Industries es la segunda empresa privada más grande de Estados Unidos, después de Cargill, el titán de los agronegocios. Tan sólo en 2013 vendió 115,000 millones de dólares (mdd).

En las palabras de David Koch, uno de sus dueños, “es la empresa más grande de la que jamás hayas escuchado”.

Sin embargo, sus productos están en cada momento de la vida de un estadounidense. En la gasolina de su auto, en la carne de su plato, en la lycra de su ropa, en el fertilizante de su jardín y hasta en los productos de papel que usan en la cocina y el baño.

Su influencia ha llegado a la política. En los últimos años, Charles Koch ha financiado campañas políticas, principalmente del Partido Republicano, y creó un movimiento social, el Tea Party, publica la revista Expansión del 10 de octubre 2014, cuya suscripción está disponible en el Kiosco Digital.

En Sons of Wichita (Hijos de Wichita), el periodista Daniel Schulman intenta desenredar la madeja que envuelve a los Koch, la familia de multimillonarios influyentes.

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Aunque no es un libro de management , la historia de los hermanos Koch puede dar algunas lecciones de negocios. Sobre todo a nivel de filosofía corporativa.

La batalla entre hermanos

Schulman relata la historia de la lucha de poder entre los cuatro herederos de Koch Industries, que empezó cuando Bill, uno de los herederos más jóvenes, intentó quitarle la dirección general a su hermano Charles.

El conflicto terminó con una indemnización para Bill de 1,100 millones de dólares, tras 20 años de pleitos en cortes estadounidenses y periodicazos.

Fred Koch, el patriarca de la familia, fue quizás el gran responsable de crear un ambiente explosivo entre sus hijos . No sólo hacía evidente su predilección por Charles, que ponía a los otros tres hermanos a rabiar de celos, también acostumbraba a ponerlos a competir en peleas de box, lo que sólo aumentaba la tensión.

La diferencia de personalidades también jugó un papel importante. Mientras Charles era mesurado, conservador y se enfocaba en el largo plazo, Bill era arriesgado, brusco y buscaba gratificación instantánea. Al final, el favorito del patriarca ganó.

El ingrediente secreto

El mayor crecimiento de Koch Industries ocurrió después de 1968, cuando Charles Koch tomó las riendas de la empresa.

Cuando Charles asumió el cargo de CEO, Koch Industries valía 50 mdd y tenía 650 empleados. En 15 años logró que las ventas de la empresa llegaran a 1,500 mdd con 7,000 empleados.

¿Cómo logró que la firma creciera tan rápido? El autor sugiere que el éxito de Koch es fruto de la obsesión de Charles por el crecimiento, reinvierte 90% de sus ganancias, y de su filosofía de gestión Market-Base Management (MBM), que busca crear un ambiente de competencia de libre mercado dentro de una compañía.

MBM surgió de las lecturas de filosofía y economía de Koch. Una de ellas es que mientras menos jerarquías haya, será más fácil operar y escuchar las ideas de los empleados.

No suena tan diferente de lo que pasa hoy en Silicon Valley, donde las empresas funcionan bajo la idea del “cerebro colectivo” y cada empleado es dueño de su propio tiempo.

Lo interesante es que Koch Industries logró tener una operación esbelta en un sector en el que no suele funcionar así.

 

 

¿Inhumano?

Sin embargo, Schulman señala que Koch Industries exageró en intentar cuantificar todo y a todos, lo que casi la llevó a la ruina.

La obsesión por la eficiencia deshumanizó su negocio y fomentó prácticas ilegales, porque el mantenimiento de rutina de su infraestructura y el cumplimiento de las normas ambientales eran considerados como un obstáculo.

Por ejemplo, en los 90, el gobierno estadounidense acusó a Koch Industries de descuido intencional y severo de sus oleoductos y gasoductos, luego de 300 incidentes y una explosión en la que murieron dos personas. El primer escándalo le costó 296 mdd, el segundo, 35.

Entre el poder y el dinero

Lejos de arrepentirse, la reacción de Koch Industries fue buscar eliminar a quienes la castigaban: el gobierno federal. Charles Koch dedicó a esa tarea la misma disciplina y meticulosidad que a sus negocios.

Así, los hermanos David y Charles Koch se convirtieron en los profetas y financiadores del movimiento libertariano en Estados Unidos, que promueve políticas de libertad extrema.

Los libertarianos creen que el Estado no debe regular la vida de los ciudadanos. Sus ideas van desde el derecho a la libre portación de armas hasta la eliminación de todo tipo de impuestos y normas ambientales.

El autor explica cómo Charles Koch redactó y ejecutó el “plan de negocio” de la ideología libertariana y la convirtió en un movimiento genuino que atrajo estudiantes, académicos y políticos.

Koch puso en marcha una especie de “cadena de producción política” en la que no sólo metió ideología, sino dinero proveniente del negocio familiar.

El empresario utilizó a las universidades como incubadoras de sus ideas. Financió proyectos de prestigiados profesores y fundó varios grupos de reflexión en los que promovía su filosofía.

No fue lo único que hizo. En los últimos años ha financiado campañas políticas, principalmente del Partido Republicano, y creó un movimiento social, el Tea Party. Este grupo busca eliminar impuestos, regulaciones gubernamentales y reducir el gasto gubernamental en previsiones sociales.

Filosofía aplicada 

El autor cuenta que Charles Koch utilizó en la política la misma filosofía que en los negocios. En un evento para recaudar fondos para sus candidatos, Koch juntó a sus potenciales donantes en una subasta. En un par de horas recaudó casi 50 mdd.

En total, en 2012, los hermanos recaudaron más de 400 millones de dólares para las campañas de políticos ultraconservadores.

Los hermanos Koch son parte de una nueva realidad en la política estadounidense, que empezó después de la decisión de la Suprema Corte denominada Citizens United (Ciudadanos Unidos) en 2010, que dio a los corporativos derechos a la libertad de expresión y eliminó limites en sus donativos electorales.

Los críticos explican que las leyes post Citizens United han creado una red de “dinero oscuro” a través de las organizaciones PAC (comités de acción política) que permiten donaciones masivas y bajo anonimato.

La lectura requerida para entender la nueva economía detrás del voto estadounidense es Big Money (Lanota) escrito por Kenneth Vogel, en 2014.

El libro explica que en las elecciones presidenciales pasadas, las organizaciones PAC invirtieron 2,200 mdd, casi 75% más de lo que gastaron en conjunto los partidos Demócrata y Republicano.

Quizás, la buena noticia para los creyentes del sistema estadounidense es saber que todos los millones gastados, no derivaronen ganancias electorales.

Obama fue reelegido y los conservadores no obtuvieron mayoría en la legislatura. Sin embargo, aún están por verse los resultados a largo plazo de una filosofía de gestión política “a la Koch”.

 

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