Ruba, la pequeña viviendera que superó a Goliats
Ruba no sólo sorteó la crisis del sector viviendero, también se convirtió en la cuarta desarrolladora en México dos años antes de lo previsto. Tanto su tamaño como un plan de reestructura financiera y de número de viviendas a construir, han sido cruciales. Ahora planea ser una de las tres principales en 2020.
El grupo ocupa la posición 320 en el ranking 2015 Las 500 Empresas más Importantes de México de Expansión.
Jesús Sandoval, CEO de la viviendera Ruba, sorprendió a los ocho ejecutivos de su equipo directivo en las oficinas de la empresa, en Ciudad Juárez, Chihuahua, en una reunión celebrada en 2013.
Esa mañana, la junta estratégica dio un giro de 180 grados cuando los ejecutivos recibieron el reporte de viviendas vendidas a través de créditos otorgados por el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).
“Ya éramos la cuarta viviendera en la lista del Infonavit (un año antes, ocupaban la sexta posición)”, dice el director general, que cuenta que la compañía tenía como meta alcanzar la posición actual dos años después, en 2015.
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El escenario cambió
Las cosas se habían adelantado luego de que, un año antes, las tres principales desarrolladoras de vivienda, GEO, Urbi y Homex, estaban a punto de declararse en concurso mercantil por no poder hacer frente a sus compromisos de deuda.
“Enfrentaban vencimientos en los siguientes meses y su capacidad de pago estaba muy limitada”, dice Marco Medina, analista de BX+, en un reporte de mayo de 2013.
GEO, que se mantenía como la desarrolladora con mayor participación de mercado (4.9%) en la venta de viviendas con créditos del Infonavit a finales de 2013, colocó poco menos de 19,000 viviendas, una caída de 48% con respecto a 2012. Por su parte, Urbi y Homex, que registraban caídas de 75 y 83%, respectivamente, ocuparon la novena y onceava posición. Urbi vendió 3,500 viviendas y Homex, 1,900.
Los resultados marcaban el surgimiento de los nuevos líderes del sector, Javer, Ruba y Cadu, que se posicionaban en los primeros lugares gracias a que su condición financiera les permitía seguir con sus proyectos de construcción. Para hacerle frente a la crisis del sector, el CEO de Ruba creó, en 2010, un plan de reestructuración financiera que implicó reducir costos y disminuir el número de viviendas construidas.
“Esto nos dio solidez financiera para continuar los siguientes años”, dice Sandoval. Ruba vendió el año pasado 11,776 unidades, con un proceso de escrituración concluido, y registró un crecimiento de 32% en ingresos, cifras no observadas desde la crisis del sector en 2009.
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La coyuntura le dio un empujón
Para desarrolladoras como Ruba, alcanzar los primeros lugares de venta de viviendas era una cuestión de disciplina financiera, dice Carlos González, director de análisis de Monex, quien añade que también ayudó “el hecho de que se estaban vendiendo menos viviendas”.
El reporte del Infonavit revela que, en 2012, ocupar los primeros lugares en venta de vivienda a través de la institución requería comercializar más de 30,000 unidades, que era el caso de GEO. Un año después, menos de 20,000 era suficiente. Antes de la crisis, Ruba estaba especializada en vivienda de interés social comercializada principalmente a través del Infonavit y del Fovissste.
Pero los años en que las grandes empresas llegaron a construir más de 40,000 viviendas al año, Ruba vendió más unidades del segmento medio al tener la flexibilidad para cambiar hacia donde se estaba moviendo la demanda.
“Ahora, ya vemos que se está recuperando la vivienda de interés social y volvemos a crecer nuestra participación en el segmento, afirma Sandoval.
El 21 de julio de 2015, Ruba colocó bonos bursátiles por 500 millones de pesos en la Bolsa Mexicana de Valores. Es la cuarta emisión de deuda de la compañía y la primera sin garantía en el sector de la vivienda desde 2009.
“Con esta emisión, Ruba garantiza los recursos para su estrategia de crecimiento por los próximos 5 años y representa un voto de confianza por parte de los inversionistas al buen desempeño operativo y financiero de la empresa, a sus accionistas y a su equipo de colaboradores”, declaró Sandoval a través de un comunicado.
Renovación
Ruba comenzó en 2010 su proceso de mejora, cuando se dio a la tarea de analizar lo que pasaba en el sector.
“Lo que hacemos es adecuarnos al tamaño de la demanda: antes de la crisis crecíamos a niveles de 30%, pero luego crecimos en eficiencias durante el periodo de crisis”, cuenta Sandoval. La desarrolladora se adecuó al tamaño de la demanda construyendo menos viviendas y mejoró su rentabilidad a través de la reducción de costos, disminuyó su deuda y vendió unidades de mayor precio.
“A partir del año pasado, cuando se reactivó la vivienda de interés social, volvimos a crecer en escrituración, lo que implicó volver a vivienda de interés social, incluso aquella que cuenta con subsidio, y volver al modelo que prevalece, la vivienda para la población de ingresos menores”, comenta Sandoval.
El ejecutivo dice que, actualmente, la oferta de vivienda y la demanda están un punto más equilibrado en materia de viviendas y localización que en los años previos a 2014, cuando había muchas unidades fuera de los centros de trabajo.
Sandoval considera, además, que los actores de la industria, públicos y privados, experimentan una alineación hacia un modelo de vivienda coordinado y sustentable que responda a las necesidades actuales del mercado, esto es, al hecho de que se busque ofrecer unidades en zonas donde está la generación de empleo y con servicios urbanos.
Por lo pronto, las previsiones de demanda de viviendas para este 2015 será de 1.1 millones hogares, es decir, 58,099 más que el año pasado, de acuerdo con el reporte ‘Demanda de vivienda 2015’, de Sociedad Hipotecaria Federal (SHF).
“Las perspectivas para el sector son alinear un plan de largo plazo entre sector privado y público -concluye Sandoval-, lo que, aunado a una coordinación entre las instituciones, llevará a que la vivienda sea un motor y factor para el crecimiento económico del país”.