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La apariencia es todo en China: ser rico significa tener un amigo blanco

Algunas compañías se encargan de contratar a gente occidental para que se hagan pasar por exitosos empresarios y conseguir grandes proyectos
dom 04 julio 2010 02:46 PM
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En China, los blancos se pueden alquilar.

Durante un día, un fin de semana, una semana, incluso hasta un mes o dos, las compañías chinas están dispuestas a pagar altos precios por los extranjeros de cara blanca para que se hagan pasar como empleados o socios de negocios.

Algunos lo llaman “los chicos blancos del escaparate”. Para otros, es conocido como “el chico blanco de corbata” en los eventos, “el blanco simbólico del trabajo”, o simplemente, “una cara de trabajo”.

Y es, en esencia, todo sobre el concepto chino milenario de la apariencia. Tener unos pocos extranjeros con quienes salir significa para la sociedad que uno tiene el prestigio, el dinero y los contactos -reales o no- para hacer negocios en el extranjero.

"La apariencia, como decimos en China, es más importante que la vida misma", dijo Zhang Haihua, autor de Pensar como chinos. "Dado que los países occidentales están tan desarrollados, la gente piensa que son más ricos; si la gente piensa que una empresa puede contratar a los extranjeros, ésta tiene que tener mucho dinero y tiene conexiones muy importante en el extranjero. Así que cuando realmente se quiere impresionar a alguien, debe tener un extranjero".

O alquilar uno.

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El año pasado, Jonathan Zatkin, un agente estadounidense que vive en Beijing, se hizo pasar por el vicepresidente de una compañía de una joyería italiana que estuvo, supuestamente, en una asociación con una cadena de joyería de China durante una década.

Zatkin cobró 2,000 yuanes (unos 26,000 pesos mexicanos) para volar, junto con un par de modelos rusas, a una ciudad pequeña en la provincia central de Henan, donde fue el orador principal en la ceremonia de inauguración de una joyería.

"Yo estaba en el escenario con el alcalde de la ciudad y hablé sobre lo maravilloso que fue trabajar con la compañía durante 10 años y la forma en que estaban tan orgullosos de todo el trabajo que habían hecho por nosotros en China", relató Zatkin. "Pusieron un kiosco grande y el pueblo entero estaba allí y algunos otros locales".

Los requisitos para estos trabajos son simples. 1. Ser de color blanco. 2. No hablar nada de chino, o realmente hablarlo, si se le pregunta. 3. Pretender que uno bajó ayer del avión.

Los que van a estos trabajos como actores son desempleados o modelos, profesores de inglés a tiempo parcial u otro tipo de expatriados que buscan ganarse unos dólares extra. A menudo son puestos de trabajo de segunda o tercera mano, en ciudades donde necesitan la presencia de extranjeros de cara pálida para impresionar a las autoridades locales, asegurar un contrato o simplemente para satisfacer una demanda de ser internacional.

"En ocasiones las empresas quieren una cara extranjera para ir a las reuniones y conferencias o para ir a las cenas y almuerzos y sonreír a los clientes y estrechar las manos de la gente", señala un aviso publicado por una compañía llamada Rent A laowai (en chino significa "renta un extranjero") en los clasificados del sitio en línea thebeijinger.com.

Continúa: "Hay oportunidades de empleo para las niñas que son bonitas y para los hombres que puede verse bien en un traje".

Es decir, gente como Brad Smith.

Cuando Smith -el seudónimo del actor estadounidense con sede en Beijing- respondió a la llamada de CNN, se encontraba parado afuera de una sala de reuniones en el hotel Ramada Inn en Hangzhou, una ciudad a 160 kilómetros de Shanghai. El trabajo de esta ocasión fue imaginar ser un arquitecto de Nueva York y entregar a las autoridades locales los planos de un diseño para un nuevo museo.

"Ellos no me han dicho cuál será mi nombre. Creo que es Lawrence o algo así", dijo Smith, a diferencia de algunos puestos de trabajo, donde les dan tarjetas de presentación falsas que pueden repartir.

Más temprano esa mañana repasó su guión con sus “socios” chinos en un Kentucky Fried Chicken. "Decía 'Buenos días distinguidos líderes. Es un privilegio para mí participar en este programa", dijo Smith, quien pidió que su nombre verdadero no fuera mencionado por temor a que pudiera poner en peligro algunas oportunidades futuras.

Si alguien le pregunta a Smith, éste pretende no entender y utiliza a un "traductor" para que lo ayude.

En ocasiones, estos trabajos pueden salir mal. Smith contó que 18 meses atrás la policía de Pekín se presentó en su departamento después de que una entidad financiera con la que trabajó un par de meses en Xi'an, una ciudad en el oeste de China, supuestamente estafó millones de yuanes a los clientes.

"La compañía dijo que yo era el encargado", recordó. "Yo ni siquiera recordaba el nombre de la empresa. Después de eso, decidí que nunca utilizaría mi pasaporte con estas empresas falsas. Los trabajos pequeños son mucho menos peligrosos". A veces las empresas contratan a los caucásicos simplemente para sentarse en una oficina un par de horas al día cerca de la ventana donde los clientes y los socios puedan verlos.

Las mujeres blancas también son una materia caliente, a veces hasta se hacen pasar por falsas novias extranjeras, o, en el caso de Vicky Mohieddeen, pretender ser un magnate del petróleo.

Mohieddeen, que es escocesa, tomó un trabajo en 2008 para asistir a lo que ella describe como una especie de "rueda de extracción de petróleo" en la provincia de Shandong, por 300 yuanes (casi 600 pesos mexicanos). Varios extranjeros, de nacionalidades que van desde Pakistán a Nigeria, fueron transportados en camiones al evento, dijo. Fueron recibidos por bandas de música y agasajados con una cena suntuosa.

"Yo decía cosas como, 'Sí, tenemos una gran cantidad de crudo en Escocia. Yo no sabía qué decir. Fue un poco estresante. Fuimos invitados de honor del vicealcalde. Nos hospedaron en un buen hotel. Fue muy elegante".

Para Mohieddeen, que acababa de llegar a Beijing en ese momento, la experiencia, aunque extraña, fue una introducción a un lado de China que la mayoría de los extranjeros nunca verá.

"Es parte de lo que China es, ya sabes," dijo Mohieddeen. "Hay todo un mundo de fantasía elaborada y que se proyecta al mundo, sin importar si es la verdad. Ese tipo de experiencias me dan una mejor comprensión de la forma en que funciona la cultura".

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