Una favela de Río de Janeiro se transforma en un lienzo lleno de color
Casas de ladrillos apiladas una encima de la otra se aferran a las colinas de Río de Janeiro.
Las aguas negras caen por los caminos serpenteantes de estas barriadas, conocidas como favelas, y en muchas, los tiroteos entre las bandas de tráfico de drogas y la policía son un ritual diario.
Las barriadas de asentamiento informal son resentidas y temidas por el resto de la ciudad.
Pero los residentes en el barrio Santa Marta han trasformado su comunidad en un lienzo viviente.
Con la ayuda de dos artistas holandeses y una firma pionera de pintura, la plaza principal ahora es un caleidoscopio de color.
“¡Le da vida a la comunidad”, dijo Edimar Marcelinho Franco, que ayudó a pintar los 34 edificios y obtuvo un título de pintor profesional.
“Las personas que vienen hoy a la favela dicen: ‘Vaya, es muy bello’. No tienen esa imagen de una favela fea”, dijo.
El proyecto es el invento de los artistas holandeses Dre Urhahn y Jeroen Koolhaas, quienes visitaron las favelas de Río por primera vez en 2005 para grabar videos de hip hop.
Ellos alquilaron cuartos en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad, Vila Cruzeiro, y trabajaron con los jóvenes locales.
“De repente tuvimos esta clara visión que en realidad sería grandioso trasformar su ambiente en algo artístico que les diera orgullo a sus vidas”, le dijo Urhahn a CNN.
Ellos crearon el proyecto Favela Painting.
“Queríamos hacer algo que les diera una oportunidad de volverse pintores y que llamara la atención del mundo externo sobre su situación”, dijo.
Primero pintaron “Chico volando una cometa”, un enorme mural cubriendo los lados de tres edificios.
Luego los residentes pintaron una ladera de cemento con un pez saltando en un río, que llamó la atención de los medios locales.
“Si eres capaz de mostrar un mensaje positivo sobre este lugar en el periódico, entonces tu proyecto es un éxito. Y lo hicimos. Así que eso fue muy inspirador”, dijo Urhahn.
Aunque el crimen no fue mitigado, el proyecto puso a Vila Cruzeiro en el mapa por algo distinto al tráfico de drogas.
Luego Urhahn y Koolhaas pusieron a Santa Marta en el tablero de dibujo.
Ellos encontraron residentes emocionados por la idea de un cambio estético para su comunidad, un barrio de tugurios controlado por la policía y mostrando un poder adquisitivo recién adquirido.
Pero incluso aquí, las aguas negras corren por los caminos de la comunidad de la ladera, accesible sólo a pie.
La compañía de pintura brasilera Coral, una filial de la holandesa AkzoNobel, ofreció ayudar con los materiales y entrenamiento para los habitante locales.
Tigrao, o Gran Tigre, fue un narcotraficante antes de que se involucrara en el proyecto.
“Me dio una perspectiva diferente de la vida, mostrándome que un trabajo honesto puede ser algo bueno”, dijo. “Si Coral tuviera 30 o 50 más puestos de trabajo, estoy seguro que sacarían a otras 50 personas del camino equivocado”.
Ellos crearon una obra de arte inmensa cubriendo 34 edificios que ha atraído a turistas locales y extranjeros y ha mejorado la autoestima de los residentes.
“El color trae estatus”, dijo Carlos Piazza, el director de comunicaciones para América Latina de AkzoNobel. “¿Qué divide la ciudad, la ciudad formal, de la ciudad informal? La pintura, eso es”.
Si llegan suficientes donaciones, toda una favela puede ser la próxima, un monumento creado por las personas que viven en ella para la ciudad entera.