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Una cueva es el escenario de una película 3D del director Werner Herzog

El cineasta Werner Herzog reconstruye en tercera dimensión una cueva con muestras de arte prehistórico de hace 20,000 años
sáb 26 marzo 2011 11:34 AM
arqueología caverna werner herzog 02
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Inexplorada por 20,000 años, la impresionante cueva Chauvet-Pont-d'Arc al sur de Francia es llevada a la pantalla grande en tercera dimensión por el visionario director alemán Werner Herzog.

Al momento en que la cámara se adentra a la cueva, se descubre el sonido de un canto misterioso y una impresionante escena, brillantes formaciones de estalagmitas, largos pasillos inundados de huesos de ahora extintos osos de cuevas no sólo son iluminados, sino que todo parece estar tan cerca que se podría tocar.

Lo más importante, la numerosa cantidad de pinturas en las onduladas paredes de las cuevas , desde animales incluyendo rinocerontes, bisontes, mamuts, leones, hienas y caballos, algunos realizados hace 32,000 años; las pinturas son tan realistas que parecieran cobrar vida.

Cave of Forgotten Dreams (La cueva de los sueños olvidados, por su nombre en inglés) es la primera aventura de Herzog en 3D, y dice que en este caso el formato fue obviamente su elección.

“Las películas que he hecho hasta ahora no deberían ser en tercera dimensión, pero pienso que en este caso, es imperativo” dijo. “Todavía tengo un escepticismo general sobre la tercera dimensión”.

Su visión ha permitido a la audiencia adentrarse en la cueva Chauvet, la cual fue descubierta en 1994 y fue cerrada al público por temores de alterar la temperatura del lugar y así causar un daño a las pinturas irremplazable que se encuentran en sus paredes.

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Y para Herzog, el formato también se prestó a la disposición de la cueva: "Si se da un vistazo a la formación de la cueva, no se ven paredes planas con pinturas en ellas; hay drama en su formación, paredes onduladas, nichos y hendiduras, todos usados por los artistas".

Herzog, director de notorias películas como Fitzcarraldo, Aguirre, the Wrath of God y la más recientes Grizzly Man y Encounters at the End of the World, está acostumbrado a rupturas y algunas veces a espacios hostiles en su trabajo.

"Se debe entender que (el gobierno francés) está tratando de mantener a la gente fuera de la cueva, la cual fue preservada en una perfecta cápsula del tiempo luego que una roca colapsara en el desfiladero de Ardeche hace más de 20,000 años la clausuró por completo”, dijo el cineasta.

Herzog también comenta que siempre ha tenido una "independiente fascinación intelectual" con el arte paleolítico. Luego que el Ministerio de Cultura Francés le concediera el permiso para grabar en la cueva (el se convirtió en un empleado de nómina con un sueldo de 1 euro), Herzog y su equipo de cuatro personas se dispusieron a grabar en la primavera del 2010.

El equipo sólo pudo rodar en la cueva por cuatro horas durante seis días. Tuvieron que mantener un camino mental que conectaba las cámaras subterráneas para proteger las huellas de 30,000 años. Altos niveles de dióxido de carbono en algunas partes de la cueva también restringieron la grabación.

Dentro del lugar, un negativo de huellas de manos de los artistas prehistóricos inundaban las paredes. La película enfatiza la sofisticación de estos artistas, detallando el uso de sombras y perspectivas en las imágenes de animales, así mismo la habilidad para representar expresiones y movimientos.

“De alguna manera el arte se reinventa en la escena hace 32,000 años, se logra en su totalidad, nunca fue mejor”, acotó Herzog.

El director sugiere que existe similitudes entre el dibujo de una extraña figura compuesta por una mujer y un bisonte y una de las pinturas de Pablo Picasso; en otra parte, imágenes graduales del mismo rinoceronte apuntan al director, que relata la película en su voz teutónica, para decir que tienen casi un aspecto cinematográfico.

El equipo de Herzog incluye al arqueólogo de cuevas Jean-Michel Geneste, además de otros curiosos personajes como un monociclista convertido a científico, un taxidermista de piel de caribú ahora un “arqueólogo experimental” y un perfumista que recreó la escena de la cueva para una propuesta de réplica.

Un extraño guión en donde un cocodrilo albino viviendo en una casa de vidrio aclimatada por una estación de poder nuclear cercana a la cueva, gira la atención de un simple documental a un mundo de fantasía.

“Ese es el momento en el que la cinta se vuelve irreal, se adentra a la fantasía de la ciencia ficción”, dijo Herzog en medio de risas.

“Pero la fantasía de ciencia ficción tiene que ver con la percepción, con una muy básica pregunta”, explica, la pregunta es: ¿Cómo lograron éstas personas, separadas por el abismo del tiempo, percibir las imágenes que pintaron?, no pudimos responder esa pregunta sino con un cocodrilo albino, dijo Herzog.

El director está actualmente trabajando en un nuevo documental, sobre los presos condenados a la pena de muerte en Texas y Florida.

"Es cómo la película de la cueva, es cómo mirar a un abismo", dijo. "No es solo un abismo, sino que en donde mires, hay otro abismo. No es característico", dice Herzog. "Va a ser intenso". 

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