Hallan el cadáver casi intacto de un soldado de la Guerra Civil española
Excavaciones arqueológicas en Tarragona, al noreste de España, dejaron al descubierto el cadáver casi intacto de un soldado republicano que participó en la batalla del Ebro, la más larga y cruenta de la Guerra Civil de España (1936-1939).
El soldado, que medía 1.80 metros de altura, murió por heridas de metralla aproximadamente en noviembre de 1938.
Posiblemente una granada le explotó a corta distancia y uno de los fragmentos le partió el fémur derecho, mientras que nueve trozos de metralla entraron en su caja torácica, según un comunicado difundido por la Universidad de Barcelona.
Es posible que la explosión le arrancara la mano derecha y le rompiera el cúbito a la altura de la muñeca, añade el comunicado.
Cerca del soldado había utensilios para afeitar, una botella de vidrio verde y otros objetos que no se han podido identificar.
El hombre habría disparado frenéticamente contra el enemigo que atacaba la posición en que permaneció hasta la muerte para proteger la retirada de sus compañeros.
El Instituto del Patrimonio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España y la Universidad de Barcelona llevan a cabo las excavaciones para recuperar dos búnkers de hormigón e identificar las diferentes líneas de trincheras en la batalla de Ebro.
La excavación la ha puesto "la piel de gallina" a quienes participan en ella porque revela el sacrifico del soldado y el de otros que "salvaron miles de vidas” y probablemente fueron conscientes de que lo que se jugaba allí era "el futuro en libertad de mucha gente", dijo el investigador Francesc Xavier Hernández Cardona.
En la batalla de Ebro murieron aproximadamente 20,000 personas, en su mayoría soldados de ambos bandos. Otras 60,000 quedaron heridas durante los meses que duró el enfrentamiento, entre julio y noviembre de 1938.