Un asador volcánico es una de las atracciones de la isla de Lanzarote
En los rocosos parajes de la isla de Lanzarote, una columna de humo que sobresale de los volcanes no se debe precisamente a una erupción, sino a un asador con carne que ha sido colocado encima.
Esta 'parrilla volcánica' es la atracción turística del restaurante El Diablo, que se ubica en el archipiélago de las Canarias, perteneciente a España, y ubicado en el océano Atlántico.
Este asador natural que asemeja a un pozo, se encuentra debajo de la planta principal del restaurante, tiene 15 metros de profundidad y el fondo puede estar a unos 600 grados centígrados.
El restaurante El Diablo es un proyecto desarrollado en la década de 1970 por el difunto arquitecto César Manrique, quien implementó tres ideas básicas para su creación: “la integración de la obra en la naturaleza, la adecuación del lugar para el turismo bajo un escrupuloso respeto al entorno y el uso de los lenguajes artísticos contemporáneos”, señala el sitio web de la Fundación César Manrique .
Sin embargo, otros experimentos gastronómicos han empleado recientemente la misma técnica.
Los volcanes de Islandia, que cobraron fama internacional por la erupción de Eyjafjallajökull, también fueron objeto de intriga para chefs de la región. El volcán Fimmvorduhals, ubicado al sur del país, fue utilizado como estufa para cocinar una cena compuesta de langosta y champaña, en medio de una de las erupciones más potentes que ha registrado este sitio en 2010, reportó el diario británico The Telegraph .
El paquete con viaje y cena 'volcánica' costaba alrededor de 450 dólares.
En otros lugares que también tienen constantes erupciones volcánicas, como en Hawaii, esta técnica ya ha sido empleada con anterioridad.
El hotel Dolphin Bay, en la provincia hawaiana de Hilo, incluso colocó en su sitio de internet una guía para cocinar carne de cerdo y pollo sobre lava caliente, que podría estar hasta a unos 1,000 grados centígrados.
A pesar de las altas temperaturas, el sitio advierte que el tiempo de cocción será de unos 45 minutos, por lo que se sugiere ser paciente y ser cuidadoso con los ríos de lava.