La taberna de los 'hobbits' rompe la discriminación laboral en Filipinas
Un empresario estadounidense maravillado por la obra literaria de "El Señor de los Anillos", fundó el restaurante Hobbit House, que ayuda a las personas de baja estatura de Filipinas a superar la discriminación laboral.
Jim Turner, dueño del restaurante, creó una sucursal del negocio en la zona turística de Bocaray, donde ninguno de los camareros mide más de 120 centímetros.
"Es un modo de ayudar a esta gente, se me ocurrió la idea porque me gusta mucho el libro El Hobbit", explicó el estadounidense.
A sus 71 años, este norteamericano pasa las noches en la barra del local y aparentemente despreocupado, ya que hace tiempo decidió entregar la gestión del restaurante a los empleados.
"Es bonito que sean ellos quienes llevan el negocio", dijo.
"Para mí fue una suerte que se fundara el restaurante Hobbit House porque era muy difícil encontrar un trabajo, aparte de algunas actuaciones esporádicas en películas y anuncios. Tenemos dificultades similares a las de los discapacitados", aseguró Pidoy Fetalino, gerente del establecimiento.
"Este lugar es surrealista", comentó Mark, un joven inglés, tras atravesar la puerta redonda de colores de la entrada (como las de las casas de los hobbits) y observar el establecimiento decorado con espadas e imágenes de magos, troles y enanos que brotaron de la imaginación de Tolkien.
Fetalino, empleado del lugar durante cuatro décadas, se muestra dispuesto a trabajar duro "para que el restaurante llegue a su tercera generación".
"Quiero que siga aquí cuando yo ya no esté, le tengo mucho cariño. Empecé de camarero al inicio del proyecto, después fui cajero y he llegado a gerente. Me he podido comprar una casa y espero pasar allí la vejez", afirmó.
El gerente asegura que el mundo del espectáculo, en el que a menudo son ridiculizados, es la salida más habitual para los trabajadores de su establecimiento, que no reciben ningún tipo de ayuda estatal.
"A los filipinos les divierten mucho los enanos. Suelen aparecer en programas de televisión y si alguna ciudad organiza un evento suelen contratarnos para que juguemos partidos de baloncesto y hagamos reír al público", dice.