Una silla de ruedas motiva a Roosevelt a despertar feliz todos los días
Él es Roosevelt, un perro Border Collie rescatado en el estado de Maine, al noroeste de Estados Unidos, y que nació con las patas delanteras deformadas.
Cuando Stephanie Fox decidió rescatar a Roosie hace tres años, se sintió inmediatamente atraída por él. Stephanie dijo a HLN que ya conocía la raza, porque tenía un Border Collie algo mayor, llamado Coal y pensó que le vendría bien algo de compañía.
"Coal es blanco y negro, se llama así porque como madre adoptiva, supe que algún día sería un diamante para alguien. Cuando vi a Roosevelt, pensé "rojo y blanco... Roosie, mi rosal!", y alegre agregó: "¿Qué chica no querría diamantes y rosas todos los días de su vida?".
Ella sabía que cuidar de Roosevelt implicaría esfuerzo, no por su discapacidad, sino debido a que los Border Collie son perros que requieren niveles de mantenimiento muy altos y actividad física constante. Stephanie consiguió una silla de ruedas a la medida de Roosie para que pueda correr tanto como necesita.
"La única diferencia entre Roosevelt y otros perros es que en lugar de un collar, yo lo sujeto de su silla de ruedas para salir a pasear", explicó Fox al periódico Bangor Daily News.
Cuando Roosevelt está sin sus ruedas, salta con sus patas traseras. Fox dice que lo único que no puede hacer es "bajar las escaleras porque no puede controlar su equilibrio". Y la mayor parte del tiempo se maneja muy bien en sólo dos patas.
Sin embargo, con sus ruedas, Roosevelt es imparable, literalmente hablando. En senderos de montaña, lo que podría ser un obstáculo, como las raíces de los árboles, no lo perturba en absoluto. Roosie ya es un experto en senderismo y también ha participado en algunos viajes en bicicleta a las montañas, de acuerdo con el Bangor Daily News.
No es de extrañar el por qué del nombre de esta mascota: Roosie, en homenaje al presidente Franklin Delano Roosevelt, quien era conocido por su optimismo incansable a pesar de haber pasado una buena parte de su vida en una silla de ruedas.
"La gente piensa que debería haberlo sacrificado, porque creen que él está sufriendo, pero se despierta feliz cada día", dice Fox. "Si usted tuviera un hijo con una discapacidad, seguramente trataría de enriquecerlo y darle nuevas oportunidades ¿Por qué no hacer lo mismo con un perro, entonces?", concluyó.
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