El residente neoyorquino Joel Rakower mordió más de lo que podía masticar cuando contrabandeó cerca de 40,000 pirañas a Estados Unidos.
Rakower se declaró culpable este miércoles en una corte federal en Brooklyn por el contrabando de mortales pirañas de 2011 a 2012, según un comunicado del Departamento de Justicia. El acta federal Lacey combate el tráfico de plantas, pescados y vida silvestre ilegal.
En el acuerdo declaratorio, Rakower admitió que su compañía compró pirañas a un proveedor de peces tropicales y los importó a la ciudad, según un comunicado.
Rakower instruyó al proveedor externo para falsificar la etiqueta en el empaque de los exóticos peces e identificarlos como tetras cobre, una especie común y no agresiva para los acuarios, porque la Ciudad de Nueva York prohíbe la posesión de pirañas, según el comunicado.
El neoyorquino contrabandeó 39,548 pirañas durante 2011 y 2012, con costos totales de 37,376 dólares (casi medio millón de pesos), según el comunicado.
Las pirañas de agua fresca originarias de los ríos sudamericanos, son descritas
Rakower “fue impulsado por la codicia y no tuvo en cuenta la salud y seguridad de la gente o el medio ambiente”, dijo el fiscal de distrito de Queens, Richard Brown, quien ayudó a investigar el caso. Tendrá que pagar más de 70,000 dólares (unos 900,000 pesos) en multas y restituciones y su compañía tendrá un periodo bajo prueba de dos años. Rakower será sentenciado en abril de 2014.