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Un clásico que no pasa de moda: las puertas francesas

Además del diseño, ayuda a tener más iluminación al interior de la vivienda.
sáb 16 abril 2022 05:00 AM
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Con los precios y los salarios de 2018, un trabajador tenía que destinar poco más de 3 años de trabajo para comprar una casa. Pero después de la pandemia, este tiempo se incrementó a cuatro años enteros de su sueldo.

El origen de las puertas francesas se remonta al Renacimiento cuando en Francia, se empezó a incorporar vidrio a varios elementos arquitectónicos de la casa para dejar entrar la mayor cantidad de luz natural posible hacia el interior.

Ese pequeño detalle detonó toda una revolución, pues quedaron atrás los interiores oscuros y sombríos.

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Los franceses comenzaron a utilizar esta estructura, que en realidad es una ventana amplia que se abre como puerta, en las habitaciones que tenían balcón para que el ventanal se pudiera abrir de par en par. Posteriormente, estas puertas francesas se exportaron a Norteamérica y ahora son muy utilizadas en Estados Unidos.

Las puertas francesas tienen una doble función: dejar pasar la luz y conectar espacios. Esa es la razón por la que son tan populares.

Estos elementos son ideales como puertas que dan al jardín o para dividir la sala del comedor, o como paso de la cocina hacia el patio trasero, o para transicionar de la sala hacia un pasillo.

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Su uso más común es en los balcones o como puertas hacia el jardín, ya que permiten que la vivienda se abra al exterior. Pero también se pueden usar en armarios, consolas y vitrinas.

La diseñadora estadounidense Mally Skok menciona en su página de internet que, a diferencia de las ventanas, una puerta francesa permite la entrada de mucha luz, pero al mismo tiempo crea una sensación de siempre estar invitando a la gente a salir al exterior.

Las puertas francesas vienen en una amplia cantidad de materiales como vinyl, acero, madera, fibra de vidrio o aluminio.

Y la geometría de la cuadrícula de este tipo de puertas se adapta a cualquier estilo: rústico, contemporáneo, industrial, moderno, clásico e incluso, escandinavo; ya que son sencillas visualmente hablando y generan una sensación de calidez aún cuando está lloviendo.

Además, dejan entrar una gran cantidad de aire fresco, lo que se agradece en el verano, mientras que en invierno permite que la casa se caliente al dejar entrar la luz solar.

Las puertas francesas duran de dos a 20 años y se pueden desmontar para colocarlas en una nueva vivienda. Aunque, por el contrario, estas puertas requieren mucho espacio ya que se abren de par en par.

También requieren cierto mantenimiento ya que hay que limpiarlas frecuentemente para mantener la vista hacia el exterior, las bisagras tienen que reemplazarse con frecuencia por el uso, y hay que mantener sus alrededores libres de escombros sino no se pueden abrir de par en par.

Además, requieren de cortinas suaves y delgadas para mantener la privacidad durante la noche. También requieren de una buena chapa para evitar que puedan ser abiertas con facilidad desde afuera.

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