Los escritores cada vez se parecen más a las estrellas de cine o televisión. Gracias a los agentes literarios, los autores logran no sólo mayores regalías por la venta y traducción de sus obras, sino ingresos adicionales por la venta de sus contenidos en otros formatos.
"Hace 10 años, la única fuente de ingresos de un autor era la publicación de sus obras. Ahora, el libro representa 50% de sus ingresos, la otra mitad proviene de traducciones, cine, televisión, venta a diarios y revistas, prepublicaciones y pospublicaciones, que se logran del mismo contenido", señala Guillermo Schavelzon, agente de Mario Benedetti.
Por ejemplo, con el lanzamiento cinematográfico de El perfume, de Patrick Süskind, Grupo Planeta vendió, de enero de 2006 al mismo mes de este año, 69,200 ejemplares, mientras que Memorias de una geisha, de Arthur Golden, lo hizo con 80,000 ejemplares en 2006, para Grupo Santillana.
La compra-venta de derechos de autor es un nicho en crecimiento. Al menos 85% de las ventas de los agentes literarios son con editoriales: negocian la duración del contrato, el lanzamiento, la inversión en mercadotecnia, los territorios a explotar, las regalías y el anticipo a cuenta de derechos de cada título.
Para Marisol Schulz, directora de Alfaguara, cada contrato se negocia con cláusulas variables y circunstancias económicas diversas, por lo que cada negociación se hace de manera individual y exclusiva.
Por cada ejemplar vendido el autor recibe entre 8 y 15% del precio de venta al público, mientras que sus agentes perciben comisiones por contrato de 10% en idioma original y 20% en traducción. "Las agencias cubren también los campos de ciencias sociales y negocios, aunque impera la ficción", asegura Antonia Kerrigan, representante de Jorge Volpi y Héctor Aguilar Camín, entre otros.