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México golea a Paraguay 6-0

El conjunto azteca propinó una goliza histórica y clasificó a la semifinal de la Copa América;
dom 08 julio 2007 06:02 PM
Nery Castillo anotó dos goles. (AP)

Con dos anotaciones de Nery Castillo, México trituró el domingo por 6-0 a un Paraguay que jugó casi todo el partido con un hombre menos, y se metió a su quinta semifinal en la Copa América.

Castillo abrió el marcador de penal a los cinco minutos e hizo el tercero a los 38, Gerardo Torrado marcó el segundo a los 26; Fernando Arce, a los 79, Cuauhtémoc Blanco de penal a los 87 y Omar Bravo en los descuentos, cerraron la goleada.

México se medirá en semifinales con el ganador del choque entre Argentina y Perú, que se disputaba más tarde en la ciudad de Barquisimeto.

México liquidó el partido desde el primer tiempo ante un Paraguay que no pudo sobreponerse a la expulsión de su arquero Aldo Bobadilla a los tres minutos por una falta contra Castillo que produjo el primer penal.

Alentados desde las graderías por el público venezolano con el coro de “México, México, México”, los invitados de la CONCACAF y particularmente Castillo tomaron protagonismo de inmediato.

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Apenas se estaban calentando las piernas, cuando se produjo la jugada del primer gol azteca.

El zaguero paraguayo Julio Cáceres devolvió mal el balón al portero y Castillo se le fue encima, siendo derribado por Bobadilla quien vio la roja directa del árbitro argentino Sergio Pezzotta.

El delantero del Olympiakos de Grecia, con calma y precisión, la anidó a la red con un remate de zurda al ángulo superior derecho ante la estirada inútil de Joel Zayas, quien ingresó por el sacrificado volante Jonathan Santana.

Dio la impresión que los paraguayos no se amilanarían, y se fueron a territorio rival llevándole peligro a Oswaldo Sánchez. Un cabezazo de Oscar Cardozo a pase de Carlos Bonet por la derecha alteró los nervios de los mexicanos.

Acto seguido, el propio Cardozo se apoderó de un mal despeje de la zaga mexicana y desde afuera sacó un zurdazo bajo que se fue lamiendo el palo.

Los mexicanos lo tomaron con calma y trataron de salir tocando hasta suelo paraguayo, siempre buscando explotar la chispa de Castillo.

A los 22, Paraguay volvió a animarse en una nueva incursión de Bonet por la derecha, centró para Cardozo, pero éste cabeceó exigido y desviado.

El partido como que se durmió por momentos, hasta que llegaron los otros dos tantos mexicanos en jugadas de contragolpe.

En el segundo, Juan Carlos Cacho avanzó por la izquierda, vio a Torrado solo por la derecha y se la pasó. Torrado, sin marca alguna, sacó un remate fuerte desde 10 metros que pegó al borde del travesaño e infló la red.

El tercero fue como un calco y Cacho volvió a hacer la asistencia. Incursionó solo por la derecha y luego se la cambió al otro sector a Castillo que estaba sin marca. El delantero tuvo tiempo para dormirla con el pecho, medir y fusiló a Zayas para su cuarto personal en el torneo.

Tras la reanudación del partido, las emociones de gol no se dejaron esperar. Castillo se animó en un remate desde la media luna que atrapó sin problemas Zayas, aunque arrancó aplausos. Poco después el delantero fue sustituido por el volante Adolfo Bautista.

El delantero paraguayo Roque Santa Cruz tuvo el domingo la pólvora mojada, ya que desperdició dos ocasiones claras. A los 54, tuvo una pelota al borde del área chica, eludió un defensa y remató desviado con el arco a su disposición.

Santa Cruz y Cardozo trataron de combinarse adelante, pero las jugadas terminaban en meras intenciones. Luego, Edgar Barreto en un endiablado avance por la izquierda soltó un remate cruzado rasante que se fue soplando el segundo palo del arquero Oswaldo Sánchez.

Con la ventaja de los tres goles, Hugo Sánchez optó por sacar a Cacho e hizo ingresar al también delantero Omar Bravo, un cambio más que todo para no hacer trabajar más de la cuenta al delantero del Pachuca.

Tras esos cambios, llegó el cuarto de México en un zapatazo desde el borde del área de Arce, quien enseguida fue sustituido por Blanco, quien se encargó de cristalizar la pena máxima que le cometieron a Andrés Guardado. Ya en tiempos de descuentos, Bravo se metió a la fiesta con el suyo ante un Paraguay desmoronado.

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