Cómo Scorsese aprendió a ‘venderse’

El cineasta logró independencia financiera y creativa, adaptándose a las exigencias del mercado; pero su ruta de aprendizaje no fue fácil y su personalidad lo llevó en ocasiones a la bancarrota.
martin scorsese (Foto: AP)

El cineasta Martin Scorsese, que padeció la bancarrota al inicio de su carrera, hoy no se preocupa por el dinero ni por su libertad creativa, ya que

pese a que ello implicara en muchas ocasiones ceder a las exigencias del mercado.  "Por un largo tiempo, nuestras películas no eran reconocidas y no ganábamos dinero, lo cual, por supuesto, era un serio problema", recuerda Thelma Schoonmaker, su editora de cabecera, en la edición de febrero 2012 de la revista Life&Style. n

"En Hollywood me veían como un extraño", declara Scorsese.

Tras numerosos fracasos taquilleros como Mean Streets (1973), Taxi Driver  (1976), por nombrar algunos, el director aceptó doblegar

para superar la bancarrota y en 1986 realizó The Color of Money.

"Fue una movida de negocios calculada. Yo quería que los cerebros del estudio pensaran que podían darme otra oportunidad; financiarme de nuevo", dice.

La película fue un éxito de taquilla y entonces pudo, al fin,

: The Last Temptation of Christ ( La última tentación de Cristo). Sin embargo, también la arrastró a la quiebra.

"Nunca estuve interesado en acumular dinero; nunca tuve mente para los negocios", explica, "al punto que se convirtió en problema; a mediados de los 80 mi padre tuvo que ayudarme", recuerda el creador.

El proyecto que lo sacaría de apuros económicos para siempre fue el remake de Cape Fear (Cabo de Miedo), en 1991, cuyo éxito le permitió recuperar por completo la confianza del mundo hollywoodense.

A partir de entonces ha aprendido a lidiar con

, a pesar de su fuerte espíritu de resistencia.

"Conoce muy bien el mundo de Hollywood", dice Schoonmaker. "Su vecindario lo preparó para ello", agrega, refiriéndose al fuerte clima de violencia que predominaba en Little Italy, en Queens, Nueva York.

Little Italy es el barrio de inmigrantes italianos donde creció Scorsese.

En 2012, el cineasta compite por el premio Oscar en dos categorías: Mejor película y Mejor director. Ambas nominaciones las obtuvo por la película Hugo (La invención de Hugo Cabret).

La ceremonia de los galardones estadounidenses se celebrará el 26 de febrero en Los Ángeles, California.

El filme que le promete a Scorsese su segunda o hasta tercera estatuilla -su primer Oscar lo obtuvo en el año 2007 por The Departed (Los Infiltrados)-, ha constituido un hito en su carrera, no sólo porque es

en 3D y para niños, sino porque es un retrato de su complicada infancia.

Antes de comenzar la producción de Hugo, el proyecto tuvo un par de traspiés. El productor Graham King cuenta que la iniciativa pasó primero por Warner Brothers y luego por Sony hasta alcanzar, finalmente, Paramount Pictures, logrando el apoyo financiero y la alabanza de los críticos.

Martin Scorse alcanzó las tres condiciones necesarias para una vida plena y creativa: contar con el dinero para realizar solamente lo que le interesa, la libertad para hacer esos proyectos de manera satisfactoria y el respeto de sus colegas.