Los Slim también se apasionan

La revista Quién revela cómo el boxeo y el automovilismo cautivan a Carlos Slim y sus herederos; los toros y el coleccionismo de arte son otras aficiones del empresario mexicano y su dinastía.
carlos slim e hijo (Foto: Marco Vallejo)

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Carlos Slim no sólo conoce de cabo a rabo todas sus empresas y los números que genera cada una de ellas, también es capaz de memorizar los promedios de bateo y picheo de muchos beisbolistas, mexicanos y extranjeros, mostrando con ello que también tiene pasiones fuera del ámbito empresarial.

"Yo tenía un primo mayor que nos llevaba al beisbol desde muy chicos y me tocó la época de oro del beisbol mexicano", confiesa el magante en una entrevista a Fernando Ballesteros.

Y es que

no lo son todo para
y sus herederos.

Además de dirigir las empresas que conforman un emporio de 74,000 millones de dólares, los Slim son aficionados, activos en varios casos, del basquetbol, el boxeo, el automovilismo, los toros, el futbol americano, el soccer y el arte, publica la

La pasión por los deportes y una vida sana de la familia se refleja en los millones de pesos destinados a

que cada año otorgan las fundaciones de Grupo Carso.

Carlos Slim ha confesado que le gusta la oportunidad de hacer algo por la salud. Durante la celebración del quinto aniversario de la fundación que lleva su nombre declaró que "es importante apoyar el deporte y practicarlo".

Otra de las pasiones del filántropo es la fiesta brava, gusto que comparte con su hijo Patrick.

Slim Domit es criador y dueño en Tlaxcala desde 1998 de la ganadería Brito, en Huamantla, explica el reportaje de 10 páginas escrito por Alejandro Ángeles para la revista.

Por su parte, su

Carlos Slim Domit es fánatico de las carreras de autos. de Fórmula Uno y en su despacho tiene la fotografía de Ayrton Senna, uno de los más grandes conductores de la F1. Además es poseedor de una colección de cascos originales de pilotos.

Y si de arte se habla, la familia posee una de las

más importantes del mundo. Un importante número de esas piezas se encuentra en el Museo Soumaya, en Polanco, Ciudad de México.

Adquirir piezas de arte es una actividad que el hombre más rico del mundo comparte con su hija Soumaya Slim.

La más reciente

celebra así su aniversario número 12; con un reportaje en el cual detalla cada una de las aficiones de cada uno de los integrantes de la familia Slim y a dónde los han conducido esas pasiones.

También cuenta la historia que llevó a Carlos Slim a construir el Museo Soumaya en honor a su difunta esposa; un espacio de 17,000 metros cuadrados y con un valor de 800 millones de dólares.