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Swatch dirá adiós a los relojes de lujo

Un fallo judicial sobre los suministros está agitando a la multimillonaria industria relojera suiza; la resolución permitirá a Swatch reducir su venta de piezas y mecanismos a pequeñas fabricantes.
vie 22 noviembre 2013 05:51 PM
Relojeros suizos como Delance no podrán comprar componentes a Swatch Group en 2019.  (Foto: Tomado de delance.com)
delance_resulta (Foto: Tomado de delance.com)

Dentro de un chalet blanco en el pequeño pueblo de Magglingen, enclavado en las montañas del Jura, en la punta noroeste de Suiza, hábiles artesanos crean relojes de lujo como los Dentelle et Diamants et Roses, una confección de oro de 18 quilates con 101 diamantes blancos y rosas que llega a costar hasta 89,100 dólares.

Pero los establisseurs o ensambladores de Delance SA, una de las docenas de pequeñas empresas en esta cuna de la relojería mecánica suiza, no sienten el lema de Delance de "audaz, erótico, femenino y poderoso" estos días.

Un impactante fallo de los reguladores suizos realizado el 25 de octubre permitirá a Swatch Group, el gigantesco imperio de relojes con sede en el cercano lago de Biel, reducir las ventas de componentes cruciales a Delance y a otros competidores.

Swatch, la compañía de relojes más grande del mundo, conocida por sus coloridos relojes de plástico, posee un cuasimonopolio en la producción y venta de componentes y mecanismos de precisión en la nación alpina. Pero a partir del próximo año, recortará los suministros esenciales que ha vendido a los competidores durante más de tres décadas, primero en un 25%, y luego reduciéndolo cada año hasta el 31 de diciembre 2019, cuando cese su venta por completo.

El histórico fallo ha abrumado a pequeñas empresas como Delance y ha desatado especulaciones de que la multimillonaria industria de los relojes de lujo en Suiza, un mundo muy fragmentado cuyas raíces datan del año 1500, podría necesitar una reestructuración.

El fallo"hará sufrir a muchas pequeñas empresas", escribió Giselle Rufer, presidenta ejecutiva de Delance, en un correo electrónico. Añadió que tendrá que vincular el capital de trabajo con el acopio de suministros, y batallar por obtener nuevos proveedores y potencialmente elevar sus precios por relojes como el Dentelle.

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El fallo es uno de los cambios más grandes que han golpeado a la relojería suiza desde su fundación hace cuatro siglos, en Ginebra, cuando las reformas calvinistas que prohibieron el uso de joyas impulsaron a los orfebres a inventar relojes.

Ahora decenas de pequeños fabricantes privados están preguntándose si podrán costear las decenas de millones de dólares necesarios para invertir en su propia fabricación de piezas. Los analistas del sector están discutiendo acerca de posibles adquisiciones de relojeros más pequeños por parte de inversionistas y sobre la consolidación de los fabricantes en grupos más grandes. Y algunos fabricantes se preguntan si China podría convertirse en un nuevo proveedor.

Beatrice Howald, portavoz de Swatch, dijo que la empresa considera el fallo como "un primer paso positivo, aunque tentativo, hacia finalmente dejar claro a todas las marcas y grupos de la industria relojera suiza que tienen que invertir en sus propios mecanismos y asumir sus propios los riesgos industriales asociados".

Junto con la banca privada y el chocolate, los relojes de lujo son la marca registrada de Suiza. Las exportaciones de relojes suizos aumentaron 11% el año pasado a un récord de 21,400 millones de francos suizos (casi 24,000 millones de dólares estadounidenses), según la Federación de la Industria Relojera Suiza, un grupo de la industria.

Con sus relojes impulsados por cuarzo y sus diseños modernos, Swatch, fundada en 1983, es considerada por sus rivales del viejo mundo como un advenedizo de artículos de segunda que empaña la mística suiza. Pero en los últimos años la compañía ha presionado hacia el mercado de lujo, adquiriendo marcas reconocidas como Blancpain, Breuguet y al fabricante de joyas Harry Winston .

Swatch, que también es propietaria de marcas de gama media como Omega y Tissot, representa en la actualidad un tercio de todas las ventas de relojes suizos. Sus ganancias subieron 26% el año pasado a 1,600 millones de francos suizos (1,760 millones de dólares). Swatch quiere reducir las ventas de piezas para tener más piezas para sus propios relojes; y los analistas dicen que, al hacer esto, el gigante podría aumentar sus propias ventas de relojes en 4,000 millones de dólares.

Aunque el fallo señala una excepción para los relojeros más pequeños como Delance, su vaga redacción no es clara acerca de cómo Swatch elegirá a los relojeros a los que va a vender piezas "Swiss Group es un guardián de la etiqueta 'Swiss Made' o 'Hecho en Suiza'", indica un informe de 2010 de la Harvard Business School sobre la industria. Incluso marcas de prestigio como Rolex, Patek Philippe y Jaeger-LeCoultre utilizan algunas partes hechas por Swatch. Por lo menos 50% de un reloj debe ser hecho en Suiza con el fin de ostentar la codiciada etiqueta 'Hecho en Suiza'.

Arash Farin, vicepresidente especializado en bienes de consumo y medios de comunicación de The Sage Group, un banco de inversión boutique de Los Ángeles, dijo que los consumidores que prefieren las marcas especializadas de lujo más pequeñas como Delance y Frederique Constant pronto podrían estar pagando precios más altos. "Casi todos los fabricantes de relojes suizos utilizan componentes de Swatch", dijo Farin, añadiendo que los participantes más pequeños podrían tener que consolidarse con sus competidores o venderse. "No se debe subestimar la magnitud de esta decisión".

Pero Swatch ha amenazado desde hace más de una década con recortar los suministros , previniendo a sus competidores con mucha antelación.

Algunos grandes fabricantes de relojes han prestado atención.

Tag Heuer, parte del grupo de lujo francés LVMH Moet Hennessy Louis Vuitton, está construyendo una planta de piezas en Chevenez. También ha comenzado a utilizar partes de Seiko, un rival japonés de los fabricantes suizos.

Richemont Group, un gigantesco conglomerado de lujo con sede en Suiza con que posee marcas como Baume et Mercier, Cartier y Piaget, está invirtiendo dinero en investigación y desarrollo para crear sus propias plantas de fabricación de piezas y ha estado comprando a pequeños proveedores de piezas en los últimos años, dijo Farin.

"Richemont es mayormente autosuficiente en términos de mecanismos de relojería", dijo un portavoz de la compañía. "El grupo goza de una excelente relación con Swatch, que es un importante socio comercial. No anticipamos que la decisión recientemente anunciada tenga ningún impacto en los negocios de Richemont".

Por su parte, Rufer de Delance, está preocupada. "A las pequeñas empresas les resultará muy difícil sobrevivir", dijo. "Eso es muy malo porque la creatividad está en sus manos".

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