El Vaticano, con pendientes financieros

La Santa Sede emprendió una campaña de transparencia que no ha tocado a su banco, advierte Moneyval; la firma asegura que la institución no satisface las normas de lucha contra el lavado de dinero.
vaticano (Foto: Thinkstock)

El Vaticano está haciendo buenos progresos en el saneamiento de sus finanzas. Este miércoles anunció que contrató a las firmas internacionales KPMG y McKinsey para que le ayuden a mejorar sus procedimientos de contabilidad financiera y modernizar las operaciones de comunicación.

Sin embargo, aún hay trabajo que necesita hacerse rápidamente para reducir el riesgo de lavado de dinero y otros delitos, dijeron expertos europeos.

Desde su elección como pontífice en marzo, el Papa Francisco ha acelerado los esfuerzos para introducir una regulación financiera más estricta en el Banco Vaticano y otras organizaciones, basándose en el trabajo comenzado por el Papa Emérito Benedicto.

La presión ha ido creciendo en la Santa Sede desde 2012, cuando un grupo independiente de expertos en finanzas europeas -Moneyval- descubrió que no satisfacía en absoluto los estándares internacionales en materia de esfuerzos por combatir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.

Moneyval publicó un informe de seguimiento el jueves, reconociendo la amplia gama de medidas tomadas durante un corto periodo para hacer frente a las deficiencias, pero señaló que los reguladores no habían realizado una inspección formal del Banco Vaticano.

"Estas inspecciones deben concluirse lo antes posible e incluir una prueba de muestra enfocada en los riesgos de los archivos de los clientes", dijo Moneyval.

En mayo, la Autoridad de Inteligencia Financiera del Vaticano

en la historia sobre el lavado de dinero, en un intento por mejorar la transparencia financiera de la ciudad-estado. Y en octubre, el Banco Vaticano -formalmente conocido como Instituto para las Obras de Religión- publicó su primer informe anual.

El Papa Francisco dio a la autoridad nuevos poderes en agosto y estableció un comité para coordinar el trabajo de las autoridades del Vaticano para evitar el lavado de dinero. Expertos externos, incluyendo a consultores de Promontory Financial Group y un profesor de Derecho de Harvard, han sido reclutados para ayudar.

El Banco Vaticano sirve a miles de organizaciones caritativas, órdenes religiosas y diócesis católicas de todo el mundo, además de a alrededor de 500 personas que viven en la ciudad-estado.

Está tratando de deshacerse de una reputación de negocios turbios que se remontan a décadas atrás.

Dos

renunciaron en julio en medio de una investigación de tres años de duración realizada al banco por parte de fiscales italianos.