Qatar, el Mundial en el ojo del huracán
La polémica ha acompañado a Qatar desde que el pequeño país árabe fue elegido como sede del Mundial de futbol para 2022.
El país ha sido criticado por no tener tradición futbolística, las condiciones laborales de los obreros, la forma en que fue elegido como sede y las temperaturas de más de 50 grados centígrados durante el verano.
Esta última razón es la causa por la que no se realizará el torneo en Qatar, de acuerdo con Theo Zwanziger, miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA. Aunque funcionarios del organismo dijeron que se trataba de una opinión personal, el propio presidente del organismo, Joseph Blatter, dijo en mayo pasado que adjudicar la sede al país árabe fue un "error", y propuso que el torneo se celebrara en invierno.
Además de las altas temperaturas, las acusaciones de corrupción han sido una constante. El diario británico The Sunday Times reveló que el expresidente de la Confederación de Futbol de Asia, Bin Hammam, pagó más de cinco millones de dólares en sobornos para conseguir el apoyo de varios representantes del futbol internacional a la candidatura de Qatar 2022.
En diciembre de 2012, la FIFA suspendió a Hammam por hallarlo culpable de incentivar a votantes para persuadir la elección. Con ello, el funcionario se convirtió en el dirigente de la FIFA de mayor rango condenado por corrupción en los 107 años de historia de la organización, aunque las autoridades de Qatar han reiterado que ganaron la sede de forma justa.
La presión por los señalamientos llegó también de parte de tres de los principales patrocinadores del Mundial: Sony, Adidas y Visa, quienes pidieron en junio que se aclararan las sospechas de corrupción por el Mundial de Qatar.
Otra de las aristas en las denuncias contra la sede fueron las condiciones laborales de los migrantes que trabajan en las obras para el Mundial, de acuerdo con el Foreign Employment Promotion Board, organismo encargado de indemnizar a los familiares de los trabajadores que fallecen o tienen algún accidente.
Jornadas de sol a sol, papeles retenidos y la falta de pago son las condiciones en las que los trabajadores viven para construir las obras en las que Qatar planea invertir cerca de 200,000 millones de dólares, de acuerdo con el órgano.
