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5 razones para visitar las ‘Puertas del Infierno’

Este inhóspito paisaje de Namibia se ha convertido en un destino turístico; su resistente fauna, el cielo estrellado y sus espectaculares dunas son parte de su atractivo.
jue 14 enero 2016 09:05 AM
La Costa de los Esqueletos ha tomado muchos barcos y ha tomado muchas vidas a lo largo de los años. (Foto: Karen Bowerman )
namibia desierto (Foto: Karen Bowerman)

La costa que rodea el Desierto de Namibia es tan inhóspita que los marinos portugueses alguna vez se refirieron a ella como “Las Puertas del Infierno”.

Un medio ambiente brutal e inhóspito, la Costa de los Esqueletos ha tomado muchos barcos y ha tomado muchas vidas a lo largo de los años. Sin embargo, esta tierra alguna vez temida se ha convertido en un destino turístico improbable.

Aquí presentamos cinco razones por las que deberías visitarla en el 2016:

Animales superhéroes

El árido desierto se extiende más de 77,699 kilómetros cuadrados y recibe menos de 6.5 milímetros de lluvia al año. Es un lugar difícil para ser un turista –y eso es tomando en cuenta un 4x4 y provisiones a la mano. Ahora imagina ser un animal y llamar ese lugar tu hogar.

Y muchos lo hacen. Desde leones a elefantes, el clima extremo no ha desalentado a algunas de las bestias más elegantes de la naturaleza, si bien muchas tienen que adaptarse para sobrevivir.

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El Dr. Philip Stander, un zoólogo que vive y se especializa en el Desierto de Namibia dice que “con el tiempo, muchos animales se adaptan”, y sus hábitats del desierto resulta en una “mejor función renal”.

Él asegura que todos los mamíferos del desierto son “estrategas” cuando se trata de la falta de agua. “Son los súper atletas los que viven aquí. Por que sin duda los débiles no sobrevivirán”.

Las “mujeres rojas”

Los Himba han llamado su hogar al Desierto de Namibia por incontables generaciones, viviendo en la región Kunene cercana a Angola. Conocidos por su piel y cabello únicos, coloreados de rojo con ocre, la tribu semi nómada dependía tradicionalmente del ganado, pero ahora están buscando nuevas maneras de sobrevivir.

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Algunos trabajan ahora con el sector turístico en campamentos de lujo como el Serra Casfema, donde pueden educar a los turistas internacionales sobre la vida Himba.

“Es más sencillo que las otras personas entiendan la cultura”, menciona Kaimbi, un camarero Himba.

Dawid, el guía del campamento, explica que la mayoría de los Himba “prefieren trabajar y regresar a sus campamentos (tras algunos meses), porque quieren estar y quedarse en su vida tradicional. Pero si tienes la oportunidad de trabajar para el campamento y apoyar a tu familia, ¿por qué no?”.

Tours históricos inusuales

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Una visita al Campamento Hoanib de la Costa de los Esqueletos requiere mucho esfuerzo, pero la recompensa es abundante. Sólo es accesible a través de una aeronave ligera pues la locación es tan remota que los alimentos tienen que ser enviados de más de 800 kilómetros de distancia.

“Dicen que puedes gritar tan fuerte como quieras y nadie te escuchará”, dice el director general del campamento, Clement Lawrence.

“Es una idea temible”.

Pero hay más en el área que simple soledad. Un viaje corto revela un tour histórico inusual. La costa es un museo vivo de las víctimas de la Corriente Benguela, que ha acabado con numerosos barcos. Los visitantes pueden ver los restos de los navíos a lo largo de la costa.

Entre los restos se encuentra un crucero británico, el Dunedin Star, que llegó a la playa en los años 1940 tras golpear un arrecife (si bien muchos dicen que fue víctima de un U-Boat alemán). Subiendo la costa, un arco de huesos de ballena marca las tumbas de dos marinos del bote Sir Charles Elliot, que trató un rescate sin éxito.

Para aquellos menos inclinados a lo macabro, existen dos oasis desérticos, el Oasis Klein y el Auses Spring que pueden visitar a una corta distancia.

Los cielos más claros del mundo

La contaminación visual es casi inexistente en la Costa de los Esqueletos –no nos sorprende considerando que está en uno de los rincones de uno de los países menos poblados de la Tierra. El área es el paraíso para los amantes de las estrellas.

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La Vía Láctea puede desplegarse majestuosamente tras el telón negro y la galaxia brilla en el cielo nocturno. Si tienes un telescopio, empácalo –tal vez incluso puedas ver la Nébula Tarantula, una nube de polvo y gas y una de las fábricas de estrellas más grande de la Vía Láctea.

Excursionismo en dunas

Hay mucha arena en el desierto de Namibia, y sus pocos habitantes han encontrado algunas formas divertidas de explorarlas.

El patinaje sobre arena es popular y los visitantes pueden crear su propia duna “rugiente” si viajan suficientemente rápido. Lawrence explica la física detrás de ello:

“Al mover el aire hacia abajo a una velocidad suficiente, puedes causar vibraciones. Las partículas de aire comienzan a escaparse de la duna de arena. Y esas vibraciones crean un sonido”.

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O puedes hacer feliz a tu Mad Max interno y salir a andar en cuatrimoto. La última película de la serie post-apocalíptica fue grabada en Namibia.

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