Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

El secreto de la supervivencia

La farmacéutica Silanes ha vivido momentos complejos, pero si esto no ofectó su expansión; se debe al modelo de liderazgo e innovación, asegura su actual presidente ejecutivo.
lun 25 octubre 2010 04:54 PM
Alrededor del mundo los laboratorios invierten 7,500 millones de dólares en investigación. (Foto: Jupiter Images)
gene-genes-adn-farmaceutica-medicina (Foto: Jupiter Images)

Todo parece indicar que, en 1943, los astros se alinearon en favor de la salud y la medicina. Y es que el 19 de enero se fundó el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); el 30 de abril, el Hospital Infantil de México; el 18 de octubre, la Secretaría de Salud del gobierno federal; y el 4 de noviembre, Nacional de Drogas (ahora Nadro), la empresa que Eustaquio Escandón convertiría en una de las mayores distribuidoras de productos farmacéuticos. Ese mismo día de noviembre, Antonio López de Silanes (1915-1996) fundó Laboratorios Silanes. López de Silanes, un inmigrante español de La Rioja, llegó a México para trabajar con su hermano mayor en el negocio familiar de productos medicinales. Pero eran tiempos difíciles marcados por la Segunda Guerra Mundial y las dificultades para importar medicamentos y otros productos. En esas circunstancias, López de Silanes vio la oportunidad de fabricar los productos que ya no se conseguían.

Así comienza la historia de la empresa, que investiga, desarrolla y fabrica sus propios productos. Tiene una moderna planta fabril en Toluca, Edomex, exporta de manera consistente en América y Europa, y ha sido distinguida por su responsabilidad social y su devoción a la ciencia, a la que dedica 10% de sus ventas. El actual presidente ejecutivo es Antonio López de Silanes, hijo mayor del fundador y graduado en la Universidad Iberoamericana; es un filántropo y promotor social. Ha sido presidente de la Fundación Mexicana para la Salud, y participa en la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, patronatos hospitalarios y otras instituciones del sector. En sus oficinas originales de la colonia del Valle, en la ciudad de México, respondió a las preguntas de Manufactura Clase Mundial. Aquí, una versión editada de la conversación.

El año 1943 pudo haber sido propicio para su padre, pero también habría que considerar que tuvo las agallas, hizo las cosas bien y pudo sacar el proyecto adelante.

Lo hizo avanzar muy rápido, porque el 12 de octubre de 1948 pudo inaugurar los edificios de la calle Amores, en la colonia Del Valle, que fueron construidos ex profeso y todavía siguen en operación. Es decir, no pasaron ni cinco años y ya había generado el capital para construir una planta industrial con tecnología avanzada. Ahí se encuentra el busto del científico holandés Christian Eijkman, uno de los descubridores de la vitamina B1 y Premio Nobel de Medicina en 1929. Silanes le debe mucho de su éxito, porque sus primeros pasos se centraron en la fabricación y distribución de vitaminas, que en aquellos años eran consideradas como medicinas y no como complementos alimenticios.

¿Fue su padre quién lo convocó para que tomase su lugar en la dirección de Silanes?

A principios de 1995, justo después de la crisis económica, mi padre me pidió que lo sustituyera al frente del negocio, cosa que he venido haciendo hasta la fecha como presidente del Consejo y presidente ejecutivo.

Publicidad

Sin duda ha habido muchos y muy grandes cambios en estos 66 años. Silanes representa el modelo de la empresa farmacéutica clásica, que desde su origen desarrolla sus productos, los manufactura y los presenta al médico para que los prescriba a sus pacientes, y que comercializa los medicamentos a través de distribuidores y farmacias. Cubrimos una gama de actividades que muy pocas empresas de capital mexicano realizan en esta industria. En realidad, los laboratorios nacionales con este perfil se pueden contar con los dedos de las manos.

Cuando me tocó relevar a mi padre, uno de los retos fue adaptarnos a los cambios y a los nuevos paradigmas. En ese entonces teníamos un rezago tecnológico y de capacidad de producción, con estándares de calidad insuficientes para la competencia global. Eso explica que la planta industrial de Toluca -inaugurada en 2003- pueda considerarse entre las mejores del país, si no es que la mejor. Cuenta con la tecnología más avanzada y los sistemas más modernos. Los funcionarios de la Secretaría de Salud (Ssa) hacen una revisión 200 preguntas, y Silanes es el único caso en la historia que las superó todas con la máxima calificación.

Pero este modo de encarar el negocio, y sobre todo dedicar 10% de las ventas a investigación y desarrollo (ID), tiene que ser una elección tomada, en conjunto, con la familia. Ese enfoque hacia la calidad se deriva de una serie de decisiones, y la primera es que la familia Silanes conservara la propiedad de la empresa y el capital. No es un tema sencillo, sobre todo cuando las inversiones en investigación tienen una recuperación a largo plazo. La segunda decisión también fue crucial: había que elegir si la empresa se dedicaba a los productos genéricos o a los medicamentos de innovación, haciendo las inversiones necesarias. Nos decidimos por lo que más nos gustaba, y eso fue productos que nos diferenciaran de la competencia. Nosotros no somos creyentes de que algo es lo mismo, pero más barato.

Una de mis historias favoritas se refiere a un antidepresivo genérico y que, según lo que había escuchado, era sensacional porque no causaba efectos secundarios. Lo revisamos y pudimos confirmarlo: estaba fabricado de tal manera que ni siquiera se disolvía en el estómago del paciente, lo que decimos "un tránsito perfecto".

Los medicamentos genéricos están de moda y esto repercute en el tipo de tratamientos que reciben los pacientes. ¿Qué tan difícil es impulsar un negocio que, al contrario, se nutre de la investigación y de los productos innovadores?

A partir de la decisión familiar sobre el destino de la compañía se marcaron tres vectores básicos, empezando por el manejo institucional de la organización. Es fundamen-tal que las empresas familiares distingan claramente las funciones de propietario y de administrador y que acepten que las compañías tienen vida e intereses propios. Las otras dos líneas son la globalización y la innovación. No se puede innovar cuando se piensa en lo local y en el corto plazo, porque en la actualidad, las actividades comerciales son globales.

Soy un convencido de la importancia de la innovación, y puedo asegurar que, entre las empresas de capital nacional, Silanes es de las que más invierten en id. Somos de las que ha registrado más patentes, y no sólo como farmacéutica. No hay otra que tenga más contactos tecnológicos con instituciones académicas y de investigación. Y el hecho es que la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma) nos otorgó el Premio a la Innovación, que me gusta porque es el reconocimiento que dan los colegas de la industria.

Estamos muy montados en esta actividad y hemos desarrollado la capacidad de entender y de manejar la investigación y el desarrollo (ID) tecnológico. No es nada fácil, pero el año pasado fabricamos más de 1,600 millones de tabletas de hipoglucemiantes para la diabetes, las cuales representan el tratamiento para millones de pacientes.

 

¿Por qué cree que la investigación sea tan poco frecuente en las empresas mexicanas, y que la mayoría tome el camino corto de las licencias y la maquila?

Concuerdo en que casi no existe este tipo de enfoque, y no digo que sólo suceda en la industria farmacéutica, sino en muchas otras. No es sorprendente que México haya perdido más de 30 posiciones en los listados de competitividad. En el campo de los medicamentos genéricos se da justamente el caso de promover productos que en muchos casos han sido superados por otros innovadores y producto de la investigación. Nosotros que-remos estar del lado del progreso, aunque la industria es muy pequeña. En México, sucede que sólo 10% de las ventas corresponde a laboratorios nacionales, muy distinto de lo que ocurre en Argentina, por ejemplo, donde se han dado los incentivos para que haya laboratorios muy fuertes: más de la mitad del mercado está dominado por empresas nacionales, en Brasil, las locales tienen alrededor de 25%.

 

También mencionó la globalización. ¿Esto se da sólo a través de las exportaciones?

Silanes tiene una larga tradición como exportador hacia América Central y el Norte de América del Sur y, en octubre de 2009, lanzamos en Brasil uno de nuestros productos para la diabetes, en una alianza con Aché, el laboratorio brasileño que tiene la mayor presencia de mercado. Otra experiencia interesante es el licenciamiento de productos mediante Sanofi Aventis, una firma internacional de gran prestigio.

Para colocar productos fuera de México hay que picar piedra, y una buena estrategia es buscando socios o distribuidores locales. No quiero recordar lo que ocurre cuando un laboratorio mexicano quiere entrar con sus propios recursos a un mercado como el de Argentina. Pero hemos avanzado mucho y ya tenemos una oficina en España, con licencia farmacéutica para fabricar y distribuir productos.

En mercados de Asia, como Singapur, sólo se pueden vender medicamentos fabricados en Estados Unidos (EU), Europa y países que tienen ganado su espacio, y ese no es el caso de México. Por eso mismo, cuando tomamos la decisión de volvernos globales, empezamos a pensar como una empresa globalizada que investiga, patenta y manufactura en diferentes países, donde resulte más propicio.

En esta época de compras y fusiones, es seguro que de tanto en tanto reciben ofertas de compra o asociación. ¿Lo han considerado factible?

Con cierta frecuencia recibimos ofertas o propuestas de ese tipo, pero, como ya lo dije, en esta empresa se tomó la decisión de conservar la propiedad en el seno de la familia. Esto no quiere decir que no sea inquietante, porque sabemos que estamos nadando entre tiburones. Nos sentimos seguros de nuestra estrategia, aunque sí nos preocupa la actitud que puedan tomar las empresas grandes, cuyas estrategias están basadas en la producción de blockbusters, es decir, productos de gran impacto y ventas masivas.

 

También tiene que involucrarse con la manufactura, es decir, con la fábrica, un área particularmente sensible en esta industria, centrada en normas y mejores prácticas. ¿Qué encuentra ahí de interesante?

Esos conocimientos y experiencias se han ido acumulando a través del tiempo y las personas. En México es complicado porque no somos muy apegados al cumplimiento de las normas o a lo que sea obligatorio. Siempre nos gustar ver si por ahí no hay un atajo. A mí me pasa, y aunque a veces las cosas son complicadas, siempre exijo que se hagan como se debe. Las normas se deben cumplir como actos de fe. Eso construye la confianza de las autoridades, de los médicos y de los pacientes. Y si alguien tiene dudas que vea la planta de Silanes, con sus laboratorios y controles de calidad. Es muy diferente a esos laboratorios que tienen una máquina tableteadora en un garaje. No imagino que le vendan al gobierno productos a un peso, cuando tan sólo de energía eléctrica, los nuestros cuestan más que eso.

 

¿Cuál es su visión del liderazgo personal y su modo de llevar las cosas, de hacer negocios?

Hay muchos tipos de líderes, incluyendo los carismáticos, los absolutistas y los que saben armar el equipo y delegan las responsabilidades en las personas. A mí me tocó la suerte de ser el hijo de un líder, y aunque tengo mi propio estilo, mi padre me puso en el camino. Debo confesar que sí me gusta ser el comandante de la empresa, de estar al frente y ser el líder. De eso no tengo la menor duda. Pero también me gusta mucho y le invierto muchas horas diarias a la filantropía y la medicina social.

 

Pero usted no parece un hombre autoritario

Sólo cuando es necesario. Es broma, claro, porque lo mejor es influir en la gente a través del convencimiento. Una de las características de Silanes es la escasa rotación y la permanencia del personal. Pocas empresas tienen trabajadores tan leales. Algunos me dicen que eso quizá no sea una ventaja, por aquello del pasivo laboral, pero el hecho es que la gente quiere estar aquí porque existen las condiciones y se sienten motivadas. Si aceptamos que Silanes es una empresa en expansión, económica y técnicamente sustentable, eso quiere decir que, entonces, estamos haciendo bien las cosas.

 

¿También importa el hecho que todavía siga siendo una empresa familiar?

Sin lugar a dudas. Estas ideas de liderazgo están avaladas por la familia López de Silanes, porque, contra lo que podría ocurrir con otros directores, para mí no es la subsidiaria número 20, en la que voy a estar unos años antes que me manden a otro lado. La planta de Toluca es muy bonita y cuidada porque es como nuestra casa. Tampoco estamos en el estrés de extraerle al negocio hasta el último centavo, a ver si las calificadoras nos mejoran y sube el precio de las acciones. Tenemos otro tipo de expectativas, auténticas y de largo plazo, y eso permite que el trabajo se haga de una manera más inteligente y productiva.

Somos los mejores fabricantes de antivenenos del mundo, y me da gusto confirmar que hace unas semanas recibimos el registro en la República de Benim, una antigua colonia francesa del África Occidental que pocos podrían ubicar en el mapa. Y lo mismo ocurre en el Congo, Marruecos y otros países donde estamos presentes con antídotos para tratar las picaduras de alacrán y de araña, y las mordeduras de serpientes venenosas. Es un nicho pequeño, pero va a tono con nuestra idea de especializarnos en áreas específicas de la medicina y la investigación biotecnológica.

 Más notas de Manufactura

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad