Redes WiFi abiertas, riesgo de seguridad
¿Alguna vez se ha conectado a una red WiFi abierta? Si lo ha hecho, debe estar consciente que adentrarse en estos espacios libres conlleva el peligro de convertirse en víctima de un robo de información, un fraude informático o de algún ciberataque de phishing y malware. Y esto también se aplica a las redes WiFi privadas que no están protegidas por una contraseña.
De acuerdo con Andrés Velázquez, presidente y fundador de MaTTica, primer laboratorio de Cómputo Forense en América Latina, asegurar las redes WiFi es mucho más importante de lo que la gente piensa, ya que el riesgo no es solamente que algún vecino "se cuelgue" de la conexión, sino que un delincuente podría cometer toda clase de delitos, involucrando al usuario de la red.
La Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), estima que existen alrededor de 10.5 millones suscriptores de Internet de banda ancha en el país; de esa cifra, 3% se conecta a través de servicios de internet inalámbrico fijo, 3% a través de internet inalámbrico móvil y 14% a través de cable.
Igualmente, datos de AMIPCI indican que 38% de los usuarios de internet se conectan desde lugares públicos. Sólo en la Ciudad de México existen 900 lugares públicos con WiFi gratis (o hot spots) como parte de la iniciativa Ciudad Digital.
Este panorama resulta muy atractivo para los ciberdelincuentes, pues bastaría que 30% de los usuarios dejaran sus conexiones inalámbricas sin contraseña -o con la que viene de fábrica- para que hubiera cerca de 190 mil espacios abiertos para el crimen, de acuerdo con el experto.
Ante esta situación, el ejecutivo recomienda evitar las conexiones públicas, proteger la información, asegurar la red WiFi y no compartir las contraseñas. "Basta ponerle obstáculos a los ciberdelincuentes, para bajar la probabilidad de que usen nuestra red para un crimen", finaliza.