Si bien la tendencia en materia de combustibles apunta hacia la sustentabilidad, en los hechos el uso masivo de estas tecnologías aún está lejos.
El diesel ultra bajo en azufre y los biocombustibles son algunas de las energías alternativas que pudieran sustituir a la gasolina, sin embargo, esto no ocurrirá en el corto plazo, estiman especialistas del sector químico.
El uso de biocombustibles en México, por ejemplo, depende entre otras cosas de las características fisicomecánicas de los motores de combustión, dijo Miguel Benedetto, director general de la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ).
Comentó que los biocombustibles son más corrosivos que los tradicionales, por lo que sustituir el uso de petroquímicos por bioetanol, por ejemplo, requeriría hacer modificaciones a los motores y sistemas de alimentación de los automóviles.
Para Gilberto Ortiz, presidente de la rama Industria Petroquímica de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) el precio es uno de las principales barreras para masificar el uso de los combustibles ‘limpios'. El diesel ultra bajo en azufre, por ejemplo, es entre 5 y 7% más caro que el ‘tradicional'.
La venta de este combustible aún es incipiente en México. Para muestra, los autos subcompactos con motores a base de diesel ultra bajo azufre representan apenas 3% del total de las unidades que Volkswagen vende en México en un año, según datos de la compañía.
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