Unas 60 empresas japonesas, que han pagado más de 3,000 millones de dólares por los derechos de patrocinio de los pospuestos Juegos Olímpicos de 2021, se enfrentan ahora al dilema de vincular o no sus marcas a un evento que hasta ahora no ha conseguido un fuerte respaldo popular.
A solo cuatro días de la inauguración de los juegos en Tokio, 68% de los encuestados en un sondeo del diario Asahi expresó sus dudas sobre la capacidad de los organizadores para controlar las infecciones por COVID-19, mientras que 55% se mostró contrario a la celebración del evento.
Tres cuartas partes de las 1,444 personas que participaron en la encuesta telefónica dijeron estar de acuerdo con la decisión de prohibir la entrada de espectadores a los eventos.
A medida que suben los casos de COVID-19 en Tokio —que se encuentra bajo su cuarto estado de emergencia—, aumenta la preocupación pública de que la celebración de un evento con decenas de millas de atletas, representantes y periodistas que puedan acelerar las tasas de infección en la capital japonesa e introducir variantes más infecciosas o mortales.
Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, ha dicho que espera que los japoneses se muestren favorables a los Juegos cuando comiencen la competencia y los deportistas locales empiecen a ganar medallas. El evento deportivo se celebrará del 23 de julio al 8 de agosto.
"Seguiremos cooperando y trabajando de forma estrecha con organizadores como el Gobierno Metropolitano de Tokio, Tokio 2020 y el COI (Comité Olímpico Internacional) para garantizar que tenemos un ambiente seguro para los Juegos", dijo Katsunobu Kato, el secretario jefe de gabinete, en una comparecencia ante los medios.
Funcionarios de los Juegos Olímpicos reportaron el domingo el primer caso de COVID-19 entre los competidores en la villa olímpica en Tokio, donde se espera que se alojen 11,000 deportistas durante el evento. Desde el 2 de julio, los organizadores han reportado 58 casos positivos entre atletas, funcionarios y periodistas.