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El sueño ‘duerme’ la eficiencia

Un trabajador que no descansa lo suficiente comete los mismos errores que una persona alcoholizada; el 30% de los mexicanos padece o ha sufrido algún trastorno o enfermedad relacionada con el sueño.
jue 25 junio 2009 06:02 AM
El déficit de sueño afecta negativamente la productividad laboral y está asociado con enfermedades. (Foto: Jupiter)
Dormir en el trabajo OK (Foto: Jupiter)

Ni en tus peores días considerarías ir a trabajar borracho... pero asistir a la oficina sin haber dormido lo suficiente equivale a laborar bajo los influjos del alcohol, según la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Un estudio, que comparó la eficiencia de dos grupos de personas a través de simuladores, mostró que uno de los conjuntos, que estuvo despierto por más de 18 horas, cometió el mismo número de errores que el que tenía el tope de nivel de alcohol permitido en la sangre.

Si la situación se prolonga hasta las 24 horas, el grupo que no duerme comete el doble de errores.

"Esto demuestra la importancia que el proceso del sueño tiene no sólo en el rendimiento laboral, sino en la salud del ser humano", dice en entrevista el director de la institución, el doctor Javier Velázquez Moctezuma.

Dormir bien es un lujo que no todos pueden darse, el 30% de los mexicanos padece o ha sufrido algún trastorno del sueño, según datos de la Sociedad Mexicana para la Investigación y Medicina del Sueño (SMIMS).

La crisis económica ha generado altos niveles de estrés en los trabajadores, lo que incide en sus problemas para conciliar el sueño.

Los principales trastornos son el insomnio y la apnea del sueño (falta de respiración al dormir), aunque se han identificado 80 enfermedades relacionadas con el sueño.

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"Los efectos de esto en la productividad son muy altos porque generan desequilibrio en el rendimiento físico (...) y situaciones adversas que no permiten dar continuidad al trabajo", asegura por su parte el director de Selección y Consultoría de Adecco, Alberto del Castillo.

Las principales causas del estrés laboral, que culminan en dificultades para dormir o impiden tener un descanso adecuado, son el pesimismo por la posible pérdida del trabajo, el rumbo incierto que tomará la organización y la exigencia de entregar mayores resultados a la empresa, coincidieron expertos.

La forma en que esto se manifiesta no se limita al área laboral, las personas que no duermen bien son más propensas a padecer depresión, enfermedades gastrointestinales, cardiacas, neuronales y cáncer.

"Hay una correlación muy clara de los trastornos del sueño con el cáncer cervicouterino y el gástrico", afirmó Velázquez Moctezuma.

Y aunque a primera vista podría parecer un problema sólo del empleado, lo cierto es que las empresas ya están comenzando a ocuparse de los costos que estos trastornos pueden generarles.

"Entre los beneficios que las organizaciones dan a sus empleados se contempla todo lo relacionado con prevención médica y bienestar (...), el equilibrio vida-trabajo es una tendencia que será cada vez más frecuente en las organizaciones mexicanas", asegura la directora de la Práctica de Beneficios de la consultora Hewitt Asociates, Patricia Barra.

Enemigo silencioso

El déficit del sueño se debe principalmente a dos factores. El primero es que el afectado padezca de algún trastorno que no ha tratado; el segundo -y más frecuente- es que tenga malos hábitos, límites laborales auto impuestos muy exigentes, o bien que sea un trabajador con horarios rotativos, explica el directivo de la clínica especializada.

Actualmente el 15% de la población ocupada está en turnos rotarios (con cambios de horario excesivos y frecuentes), y se calcula que para 2020 la cifra se duplique, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además de los efectos en la salud, la falta de un sueño reparador también ocasiona problemas viales, que en la mayoría de los casos suelen ser fatales, amén del costo monetario que conllevan, según la SMIMS.

En el terreno laboral, las manifestaciones del déficit del sueño y el estrés, comprenden la ansiedad, depresión, insomnio, caída del pelo, dolores de cabeza y gastritis.

"Es común que el empleado salga de la oficina y no tenga tiempo de ‘desconectarse' de sus obligaciones laborales", asegura el directivo de Adecco.

Existen cinco caras de este problema, según la consultora, que se manifiestan dependiendo de la magnitud del problema.

Los síntomas subjetivos, que aparecen en el 50% de los casos, y que tiene que ver con la ansiedad, agresión, apatía, aburrimiento, depresión, fatiga o frustración.

Los conductuales se presentan en una proporción menor, y son la propensión a sufrir accidentes, drogadicción, arranques emocionales, la excesiva ingestión de alimentos o pérdida del apetito.

Los cognoscitivos, que son los que más dañan el terreno laboral, comprenden la falta de concentración en el trabajo, el bloqueo físico o mental, olvidos frecuentes y la incapacidad para tomar decisiones.

Los fisiológicos tienen que ver con los problemas del organismo, y en la mayoría de los casos provocan altos niveles de glucosa que puede derivar en diabetes.

Finalmente, los organizacionales, que se relaciona con el ausentismo laboral, las relaciones de trabajo pobres, baja productividad, menor eficiencia, alto índice de errores y accidentes laborales y rotación de personal.

Combate la falta de sueño

Aunque un paciente con este tipo de trastornos debe acudir con un especialista en la materia, hay algunas medidas de higiene del sueño que pueden ayudarte a tener un descanso reparador.

La Clínica de Trastornos del Sueño de la UAM recomienda:

1. La mejor forma para dormir bien es no preocuparse en exceso por el mal sueño, deja de hacerlo.

2. El tiempo adecuado de sueño en un adulto es de 7 a 8 horas, pero existen variaciones importantes en cada persona. Si duermes mal una noche, no te acuestes en el transcurso del día siguiente, ya que afectará tu posterior sueño nocturno. Un día sin dormir no es dañino para la salud.

3. No intentes dormir si no tienes sueño ni permanezcas en la cama más de 15 minutos en estos casos. Levántate, sal de la recámara y haz alguna actividad monótona hasta que te dé sueño nuevamente.

4. Evita leer, ver TV o comer en la cama, ya que estas actividades condicionan a tu organismo a que permanezca despierto. La cama sólo debe utilizarse para dormir y para la actividad sexual.

5. No duermas en exceso los fines de semana y procura levantarte siempre a la misma hora, de preferencia temprano.

6. Mejora el ambiente donde duermes: una cama confortable, disminuye el ruido y regula la temperatura y la luz.

7. Evita hacer ejercicio intenso cerca de tu hora de acostarte. Es recomendable hacer alguna actividad física moderada en forma constante por la mañana en un ambiente muy iluminado. Si es en la tarde, debe hacerse siempre antes de que oscurezca.

8. No cenes en exceso ni te acuestes sin comer algo ligero. Trata de ingerir los últimos alimentos por lo menos 2 o 3 horas antes de ir a la cama.

9. Identifica y mejora los factores que te causan tensión o estrés. El estrés ‘dispara' o aumenta los síntomas de insomnio.

10. Algunas sustancias de uso común pueden afectar tu sueño, como el café, refresco, cigarros y el consumo de alcohol, modéralos o evítalos.

Si padeces alguna enfermedad relacionada con el sueño o requieres más información, comunícate a la Clínica de Trastornos del Sueño de la UAM al 58 04 46 00 ext. 27 27 o escribe a ctds@xanum.uam.mx.

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