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6 consejos para no ser jefe, sino líder

Los líderes entrenan, guían, apoyan y capacitan al personal para lograr metas y objetivos acordados; en tiempos de crisis es fundamental tener uno que sea capaz de mantener y hacer crecer la empresa.
lun 14 septiembre 2009 06:00 AM
Del total de personas que han sido despedidas en EU, desde diciembre, sólo 20% son mujeres. (Foto: Jupiter Images)
mujer-oficina-trabajo-lider-JI.jpg (Foto: Jupiter Images)

El liderazgo es una competencia necesaria para dirigir una empresa y de su desarrollo dependerá que el responsable de un área pueda ser catalogado o no como un buen jefe. Un jefe es un superior sólo porque su cargó así lo determina, pero un líder es un guía capaz de influir en su equipo para mejorar los resultados de forma positiva, de acuerdo con expertos.

La pasión por su trabajo, visión de negocios futurista y humildad necesaria para aprender, son las principales características que un jefe debe tener para convertirse en un líder capaz de dirigir exitosamente una organización.

"La crisis deja a las compañías con recursos humanos y materiales limitados, es crucial maximizarlos, por eso es necesario dar órdenes precisas que guíen", dice la especialista en liderazgo y relaciones interpersonales, Daniela de León.

La pasión es la fuerza que ayuda a vencer los obstáculos y cumplir los objetivos, asegura la fundadora de Incrementa Consultores, Cecilia Riviello.

Para Julio Gutiérrez, ex vicepresidente de Starbucks Coffe International, el ingrediente esencial es "estar siempre interesado y dispuesto aprender".

Y aunque la mayoría piensa que los líderes nacen, la verdad es que "la mayoría de ellos se hacen gracias a que ejecutan las ideas y explotan su potencial", dice Javier García, consejero independiente y ex vicepresidente mundial de Colgate-Palmolive.

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A continuación, enumeramos las cualidades necesarias para ser un jefe y líder exitoso.

Habilidades para tratar con las personas: La mayor causa individual de fracaso de ejecutivos y gerentes recién promovidos es la inhabilidad de formar equipos y asociaciones efectivas en todos los niveles dentro y fuera de la organización. Los líderes forman relaciones de confianza y respeto.

Manejo de recursos y procesos: "El buen líder es aquél capaz de apreciar todos los elementos que intervienen en su entorno y utilizarlos a su favor", opina el experto en gestión del Capital Humano, Nicolas Bonc. Podemos colocar a personas valiosas en sistemas y procesos pobres, y pueden fracasar. El 95% de todos los problemas en una organización se originan de los sistemas, procesos y procedimientos, no de las personas que realizan el trabajo, de acuerdo con un estudio de Bumeran.com México. Los líderes deben demostrar la habilidad de planificar, innovar, definir objetivos claros de desempeño, delegar, usar el tiempo efectivamente, analizar problemas y tomar decisiones.

Comunicación: Los líderes aprenden demostrando habilidades efectivas para interrogar y para escuchar. Ellos entienden que hasta un nuevo asociado en su primer día de trabajo puede ofrecer percepciones e innovaciones de valor agregado. La clave es lograr una comunicación efectiva y mejorar su habilidad para acercarse a los demás.

Autodirección: Las experiencias forman la manera en que un jefe dirige a su gente y se transforma en su estilo de liderazgo, que a su vez define el ambiente laboral, opina De León. El mejor líder es aquél que predica con el ejemplo, por eso trabaja igual o más que sus colaboradores. Un excelente líder, jamás pide algo que es incapaz de hacer por él mismo.

Responsabilidad: Los líderes admiten sus propios errores y dirigen por medio del ejemplo. Saben como cerrar la brecha entre el desempeño esperado y los resultados reales. Los lideres entrenan, guían, apoyan, y capacitan a los demás para lograr las metas y objetivos mutuamente acordados. En épocas de crisis, toman el control para dar buena dirección a la compañía, centraliza las decisiones y las ejecuta. En etapas difíciles, su principal reto es buscar mejores oportunidades y reclutar gente valiosa para la organización.

Don de mando: El líder debe imponer autoridad, pero mediante el respeto, no el miedo. Cecilia Riviello dice que una buena estrategia es ver a la organización como a una familia: "Hay que trabajar para el bien común y brindar protección a los subordinados, pero jamás permitir que duden quién es el que manda". Hay que contagiar, no imponer.

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