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¿Cuánto duraste en tu último empleo?

En México, 8 de cada 10 personas renuncian a su puesto antes de dos años, según un estudio de Regus; para evitarlo, el jefe debe preguntarse ¿qué le preocupa al empleado? y ¿por qué quiere irse?
mar 19 octubre 2010 06:10 AM
Si decides renunciar, debes entender que un nuevo empleo, no te asegura una mejor situación. (Foto: Jupiter Images)
empleo-desempleo-despido-renuncia (Foto: Jupiter Images)

Por lo regular, los jefes suelen pensar que si un colaborador renuncia es porque recibió una mejor oferta. Sin embargo, muchas veces el motivo para marcharse se relaciona con cuestiones internas de la compañía .

Esa es la tendencia que va creciendo en el país, donde ocho de cada 10 fuentes de trabajo llegan a su fin antes de los 24 meses de haber sido creadas. ¿La causa principal de renuncia? La mala administración del personal, revela una investigación realizada por el proveedor de soluciones para el trabajo, Grupo Regus.

Cuando se juntan ciertos factores desfavorables, como no tomar en cuenta las opiniones del empleado, empieza un proceso de "desconexión", la persona se siente ajena y cumple sus funciones por simple trámite, así que a la primera oportunidad deja la empresa. Eso perjudica a la compañía, reemplazar una vacante puede llevar hasta medio año, comenta la coaching particular y psicóloga, Patricia Fernández.

La lista que conduce a un profesionista a separarse de los proyectos en forma inmediata incluye otros factores. Entre estos:

1. Cero expectativas. Entrar a una empresa "creyendo" que la dinámica laboral será de cierta manera, y al poco tiempo percatarse que el panorama es distinto al que ofreció el reclutador, es la razón por la que cinco de cada 10 personas renuncia en los seis primeros meses, y cuatro de cada 10 lo hace al mes, establece el consultor Leigh Branham, en su libro The Seven Hidden Reasons Employees Leave (Las 7 razones ocultas por las que los empleados se marchan).

2. Mobbing excesivo. La violencia psicológica también intimida, y no sólo a través de malos tratos o actitudes groseras, este término refiere complots con los compañeros; jefes que contraponen entre sí a varios colaboradores por no saber definir los límites y la responsabilidad de cada persona, así como ‘amenazas' veladas de que alguien más puede ocupar tu puesto, si sales varias veces por algún compromiso personal. "Es un esquema que aumenta cuando hay contracción del mercado laboral y la gente se apega a éste por conservar su trabajo", expresa Fernández.

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3. ¡Alto ahí! Si el profesionista desea escalar posiciones o ser considerado para tomar un proyecto, pero esa oportunidad se le niega varias veces, el trabajador sufre una crisis emocional en distintos niveles, desde desmotivación para asistir a la oficina, falta de energía y hasta demora en la entrega de sus objetivos. En ese momento se pregunta debe seguir laborando en ese lugar, detalla Leigh Branham.

4. ‘Gana más que yo'. Se dice que pocas veces es conveniente hablar del pago con los compañeros de oficina, así sea el mejor amigo, reconoce la psicóloga industrial por la UNAM, Berenice Vallejo. La razón es que enterarte de que alguien más en el área se lleva una percepción superior, realizando las mismas o menos funciones que tú, termina por desanimar.

Ahí existen dos alternativas, tratar de negociar con el jefe otro salario al cumplir, al menos, el año, pero sin evidenciar al otro integrante del equipo. Algunos optan por esperar más antes de solicitar dinero extra y, en tanto, aprovechan para pedir apoyos adicionales, como hacer cumplir sus horarios laborales.

5. Nueva área. Para algunos profesionistas el nivel de tolerancia para adaptarse a la personalidad de un superior que, no escucha comentarios o se atribuye los éxitos del trabajador, es menor. Así, optan por buscar ser transferidos a otras área y de no conseguir la reasignación terminan por irse, apunta el consultor.

A su vez, la supervisión y el control diario del empleado se han convertido en un mal hábito en las empresas. "Muchos directivos siguen utilizando el abuso de poder y la carga de trabajo, por no contar con las herramientas y el conocimiento necesario para implementar una gestión moderna sobre su personal. La clave, ahora, es olvidarse del control y pensar más en la motivación, en fomentar el trabajo en equipo y la capacidad de respuesta", señala la directora de Grupo Regus, Cati Cerda. 

Cuestión de personalidad

La decisión de cambiar a otra organización no siempre se vincula al mal ambiente laboral. Existe una cultura de resultados rápidos y lo que "se tiene hoy es que la gente busca crecer" exprés. Como se viven hoy los tiempos ha hecho que la gente tenga menos paciencia para ciertos aspectos y el trabajo es uno de ellos, comenta el director de la Universidad Abierta de la Universidad Panamericana (UP), Roberto Rivadeneyra.

A veces los egresados "si al año y medio no ven lo que quieren dicen: esta empresa no me conviene. No obstante, "deben darse cuenta que para ir descubriendo todo hay que ser pacientes. Aprender las herramientas y cómo funciona (el mercado laboral) lleva su tiempo, hay que trabajar la soberbia de querer comerse al mundo, cuando no están del todo preparados. Y en eso tiene mucha responsabilidad las universidades", subraya.  

A decir del director, otro atributo que deben practicar los jóvenes profesionistas es la tolerancia a la frustración, requisito básico en los trabajos. "Debes aprender a vivir las cosas, sin desesperar, y hay que invertir mucho tiempo en el conocimiento propio, en buscar soluciones". Eso se extiende, incluso, a cuando quieres un negocio propio.

Como jefe, existen otros aspectos que se pueden poner en práctica para mejorar el ámbito en la oficina y evitar la fuga, desesperada, del equipo de trabajo. Vallejo y la directora de Regus, coinciden en los siguientes puntos:

1. Organizar talleres, seminarios, o cualquier otra actividad donde el empleado pueda sugerir propuestas ayuda a mantener un clima organizacional óptimo y, a su vez, comienza a generarse un sentido de lealtad en ellos.

2. Es importante darse a la tarea, como director, de entender los objetivos y necesidades personales de cada colaborador. Hay que empezar por lo básico ¿qué le preocupa a mi personal? Porque "tal persona" ya no come con el resto del equipo. Con base en las respuestas hay que crear actividades para incrementar en la persona su sentido de pertenencia al lugar de trabajo y su productividad.

3. Un empleado satisfecho genera clientes satisfechos, así que nunca están demás las prácticas para motivar al equipo, otorgándoles incentivos o reconocimientos a sus aciertos, y con cierta frecuencia. No hay que olvidar los empleados son el cliente interno.

Y tú ¿cuánto es lo menos que has durado en un empleo?

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