Plagio de empleados, el nuevo delito
Es sabido, que el mundo corporativo tiene mecanismos para controlar el espionaje en sus oficinas, analizando -por ejemplo- el tipo de información que intercambian sus colaboradores. Lo que no era tan común, pero desde este año apareció como tendencia delictiva (surgió en Ciudad Juárez) en el país es secuestrar a empleados para obtener información de sus directivos y patrones, según investigaciones de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.
"La Procuraduría General de la República ya tiene documentados casos. Se están dando en empresas de todo tipo, incluso paraestatales. Hay una alta incidencia en empleados de la Comisión Federal de Electricidad y del Instituto Mexicano del Seguro Social", comenta el presidente de Grupo Multisistemas, Alejandro Desfassiaux.
Alrededor del 70% de los secuestros en el país se han previsto o facilitado por una persona cercana a la víctima, un empleado por ejemplo, refiere el estudio Look at Kidnapping, Trust and Employer - Employee Relationships in Mexico City, de la Universidad de Oxford.
Esa cifra, sin embargo, podría llegar hasta un 90%, según datos de la Fiscalía Especial de Investigación para la Atención del Delito de Secuestro, de la Procuraduría Capitalina (PGJDF).
¿Cómo opera?
De acuerdo con información de Multisistemas, en este tipo de secuestros los delincuentes privan de su libertad a empleados de bajos niveles jerárquicos, a quienes retienen por menos de 24 horas. En ese lapso, a cambio de su libertad deben entregar información pormenorizada sobre sus directivos, así como bienes tipo el celular.
"En la frontera norte (es donde) hay más incidencia de esta nueva modalidad que no aspira a victimizar a millonarios, sino a trabajadores de rangos medios y altos que perciben de 30 a 80 mil pesos al mes", señala Desfassiaux.
El modus operandi consiste en esperar a los colaboradores cerca de sus domicilios, en 80% de los casos se llevan a la persona bajo esa modalidad, 6% de las veces el plagiario entra en el domicilio o la interceptan al salir. La duración de este tipo de "rapto" es de una a tres horas (65% de las veces); cuatro a seis (20%); siete a 12 (10%), y más de 12 horas (5%).
La cifra negra de este tipo de delito es muy baja, "menos de tres de cada 10 casos se denuncian. Sin embargo, la PGR comenzó a detectar "coincidencias". El plagio de directivos y mandos medios está antecedido, en repetidas ocasiones, por un secuestro express a empleados de menor nivel.
En este tipo de acto, se emplea un arma de fuego para amenazar al empleado (87.4% de las veces) y objetos punzo cortantes (6.7%). Información de la empresa de seguridad industrial, citada con anterioridad, confirma que en dicha modalidad "están involucrados de dos a tres individuos", siendo el perfil de los secuestradores del sexo masculino (95%), menores de 35 años (76% de las veces).
Cabe destacar que en un 98% de los plagios, resulta que los empleados de esas empresas no suelen pasar por algún filtro de confiabilidad, según datos de esa empresa de seguridad.
Y lo peor, es que la cifra asciende conforme se estrecha el círculo de confianza. Es decir, las personas más allegadas son quienes mayor implicación tienen en el rapto por conocer información detallada de las actividades, costumbres y hasta rutas de sus jefes.
El estudio de la Universidad de Oxford, sugiere que las organizaciones necesitan intensificar las pruebas de lealtad al momento de contratar a sus empleados, y poner énfasis en detalles como la reputación del candidato y su vínculo (si es que existe) con otra persona que ya forma parte de la plantilla de la empresa.
Se puede recurrir al uso de técnicas como la grafología en el reclutamiento de los empleados, aspectos como una escritura totalmente ilegible, hablan de cierta tendencia a intrigar o ausencia del sentido de reglas en la persona, ejemplifica la grafóloga privada Martha González