Discriminación por edad, mal laboral
La discriminación en el trabajo tiene muchas formas, desde el trato diferente a causa de ciertas características físicas, hasta la indiferencia y las bromas por no saber utilizar ‘lo último' en tecnología.
La discriminación es un concepto muy presente en la mente de los mexicanos, y el 97% considera que existe un tipo de "menosprecio" en el mercado laboral por la edad, revela una encuesta de Trabajando.com, realizada entre más de 600 participantes.
A la pregunta, ¿qué factores crees que afecte la búsqueda de trabajo para un mayor de 50 años?, el 7% refirió que no saber de los nuevos software resta puntos. El 16% dijo que se descarta a una persona por cuestiones de salud, un 22% señaló el poco o nulo conocimiento en tecnología, y el 55% de los encuestados dice que ninguno de los factores anteriores perjudica.
Al profesionista ‘experimentado' (mayor de 35 años) se le dificulta conseguir trabajo porque exige salarios más elevados, esto fue lo que contestó el 30% de los entrevistados por la bolsa de empleo en línea. El 15% dijo que ese personal no domina los avances en materia tecnológica, y el 8% asegura que tienen más dificultad para adaptarse. El 2% cree que, a causa de la edad, el trabajador se hace "lento" y eso impacta en su desempeño.
De los más de 600 encuestados, un 69% son mayores de 40 años; en un 14% las edades varían entre los 36 y los 40 años; el 8% oscila entre 27 y 35, y un 9% ronda entre los 18 y 26 años.
Excelente presentación o discriminación
El 47% de los participantes en el sondeo de Trabajando.com estima que las empresas no reconocen los actos de discriminación. En realidad, demostrar una descalificación por edad, raza o sexo es muy difícil, es uno de los elementos más "escurridizos" para cuantificar, indica Daniel Hamermesh, investigador de la Universidad de Texas.
Que sea complicado de comprobar, no indica que no exista. "Las empresas no aceptarán claramente que descartan a un candidato porque tiene unos kilos adicionales, pero es cierto que una imagen descuidada influye al momento de hacer una contratación, en especial si se trata de empleos relacionadas con atención al público", explica Elsa Noriega.
La belleza "es subjetiva", sin embargo, la gente tiene visiones similares sobre quién es atractivo y quién no. Daniel Hamermesh analiza en su obra Beauty pays: why attractive people are more succesful (La belleza paga: por qué la gente atractiva tiene más éxito) la relación entre imagen y mercado de trabajo, e incluye diversas encuestas laborales en el mercado estadounidense. Los resultados arrojan que la mala apariencia (entendida como tener un aspecto desalineado) penaliza más de lo que paga tener un buen aspecto.
Hamermesh se ha dedicado a analizar la diferencia de ingreso a lo largo de la carrera y, según sus estimaciones, un trabajador con buen aspecto gana un total de 230,000 dólares más de los que tienen una imagen menos cuidada.
El investigador reconoce que está haciendo un cálculo, de acuerdo a cifras salariales que pueden variar según la industria, sector y el paso del tiempo. También es contundente al señalar que la gente (y no exclusivamente los jefes) suele hacer asociaciones entre belleza, autoestima , inteligencia y poder adquisitivo. Un porcentaje importante de sus encuestados respondió que un aspecto "bien cuidado" suele ser asociada a gente de confianza, aunque esto no sea real en todos los casos.
Entonces ¿importa la imagen? Elsa Noriega lo define como un aspecto que se me mueven en el terreno de "sensaciones", existe, pero es difícil de comprobar, y en México no hay un estudio que garantice la relación entre apariencia y percepción salarial. Lo que es un hecho es que los motivos de discriminación por cuestiones de salud van en aumento.
"Algunas empresas piensan que podría haber un mayor ausentismo laboral y riesgos de algún problema mayor dentro del trabajo", explica Margarita Chico, Directora Corporativa de Comunicación de Trabajando.com México.
La presencia de una persona delgada se relaciona con cierto cuidado de la salud, "tal vez esto no sea correcto, pero el prejuicio negativo está asociado a quien tiene sobrepeso", afirma Noriega.
Aunque no deberían de existir, esta discriminación por salud existe y no sólo eso. Margarita Chico indica que también se llega a desacreditar por preferencia sexual, universidad donde se estudió, si hay algún tipo de discapacidad o, incluso, contar o no con automóvil.
Hay mujeres que cuando señalan en su entrevista laboral "soy casada y no tengo hijos... aún" se les descarta por considerar que son candidatas a tener un embarazo en corto plazo, asegura la experta. Según el cargo, es posible observar alguna descalificación de este tipo, por lo que Chico sugiere no dar al reclutador información más allá de lo indispensable.
"No es necesario que llegues hablando de tus preferencias", lo que el reclutador desea saber es si eres apto para el cargo, tienes los conocimientos, relaciones e ideas para desempeñar ese puesto en forma adecuada, opina la ejecutiva de Trabajando.com, quien recuerda el caso de un candidato que incurría en el error de hacer referencia a su salud en cada entrevista.
Sus primeras palabras eran: "Me enorgullece decir que tuve un infarto al corazón y ahora corro 10 kilómetros diarios, no sé por qué nadie me contrata".
En la opinión de Margarita Chico dar esa información te quita puntos porque corres el riesgo de que la empresa se fije en la persona de "salud delicada", no en el profesionista capaz de hacer determinadas funciones. Es necesario enfocarse en experiencia y logros, "no hacer evidente una limitante".
Lo mismo sucede cuando egresas de ciertas universidades. Hay quien se pregunta "las compañías sólo contratan a gente de universidades privadas". ¿Por qué hacer hincapié en esto? Mejor demuestra que tienes el conocimiento, la experiencia, los vínculos y el entusiasmo para quedarte en el puesto, puntualiza Margarita Chico.