Normales rurales, alejadas de la mano del Gobierno

Problemas económicos y falta de atención han marcado a estas escuelas, dicen expertos; actualmente sólo existen 17 planteles en todo el país, todos en condiciones precarias.
huelga maestros

Las escuelas normales rurales en México están lejos de tener la relevancia de hace cincuenta años, según datos de la Dirección General de Educación Superior para profesionales de la Educación (DGESPE).

En la actualidad estos centros reciben poca atención, o incluso cierran a causa de factores políticos, económicos y culturales, de acuerdo con investigadores.

y esto ha llevado a docentes y estudiantes a involucrarse en la problemática social y a generar un espíritu de lucha, señaló Tanalís Padilla, experta en Historia de México.

“La SEP no tiene ningún plan para estos centros. Son escuelas donde se atiende a personas en situaciones muy precarias y sin embargo muchas de éstas tienen una condición física deplorable, (al grado) de vergüenza”, afirmó Diego Juárez Bolaños, profesor investigador del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad Iberoamericana.

La asignación de plazas ha sido también motivo de inconformidad en algunas normales, como en la escuela normal rural en Ayotzinapa, Guerrero.

Hasta 2003, los egresados normalistas de Guerrero tenían asegurada su plaza automática, pero con la crisis financiera se rompió el acuerdo tradicional para el ingreso de normalistas al servicio educativo y se inició la etapa de las movilización para demandar plazas a la Federación, comentó la organización Mexicanos Primero.

De las 30 normales rurales que existían en sus inicios, hoy sólo hay 17. En la administración de Gustavo Díaz Ordaz cerraron 15 y desde entonces sólo se agregaron dos, cifra lejana a las 253 escuelas normales públicas, según el Sistema de Información Básica de la Educación Normal (SIBEN).

Un 45% de las escuelas de educación básica son rurales que requieren de un normalista que sepa trabajar en ese entorno, dijo Diego Juárez. 

Estas escuelas se crearon a principios de los años 30 para formar a maestros que en poco tiempo estuvieran capacitados para enseñar en comunidades rurales a leer y escribir, y ciertos conocimientos técnicos para el campo, señaló Padilla.

A diferencia de las normales públicas, en las rurales “sólo pueden ingresar mexicanos de estratos socioeconómicos bajos, muchos de ellos atraídos por la idea de estar en un internado, donde tendrán opción a alimentación y hospedaje”, dijo Juárez.

Desde el Gobierno del presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940), estas escuelas incorporaron una formación socialista a su filosofía que se ha mantenido desde entonces.

“Los normalistas son críticos, eso es incómodo para cualquier gobierno y el primer elemento que suele observarse es recortar su presupuesto”, apuntó Juárez.

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