Los petroprecios pueden afectar el sector inmobiliario

Tal vez la caída de los precios del petróleo abarate el precio de la gasolina, pero no impactará el valor de la vivienda. Por el contrario, se prevé que en Estados Unidos los precios de las viviendas suban cerca de 3.5% este año, aunque algunos estados productores de energía podrían ver incrementos más pequeños o incluso una posible disminución.
La caída de los precios de la energía es una buena noticia y, a la vez, mala para los mercados inmobiliarios. Por un lado, los precios más bajos de la energía reducen el gasto de los hogares y aumentan el poder adquisitivo. Pero para los estados de la nación norteamericana con economías vinculadas al sector energético, los precios bajos del crudo, el gas y el carbón pueden acarrear despidos, recortes presupuestales y menos demanda de vivienda.
"Menos empleo significa menos demanda de compra de vivienda, y eso naturalmente atenuará los mercados inmobiliarios en esas áreas impactadas por los despidos", advirtió Lawrence Yun, principal economista de la National Association of Realtors (Asociación estadounidense de Agentes Inmobiliarios).
El escaso inventario ha afectado a muchos mercados y disparado los precios. Pero si la demanda disminuye y la oferta se pone al corriente, es muy probable que el incremento de los precios en los bienes raíces se ralentice... o incluso se detenga.
De acuerdo con los expertos, Dakota del Norte es la ciudad más expuesta a una caída en los precios de las viviendas. La última fiebre del petróleo registrada por dicho estado ocasionó un alza en el sector inmobiliario, toda vez que la gente se mudaba allí en busca de trabajo. Pero ahora, cuando los precios del petróleo rondan mínimos de 12 años, ese boom podría desaparecer junto con las oportunidades de empleo.
"Los empleos están yéndose, y si la gente empieza a irse, no pueden tomar sus casas y llevárselas con ellos, y eso es peligroso para el mercado de la vivienda", señaló Ralph DeFranco, director de análisis de riesgo y fijación de precios en Arch Mortgage Insurance Company.
Los precios de las casas en Dakota del Norte están 20% sobrevalorados, con 46% de posibilidad de declinar en los próximos dos años, según un informe de Arch. Aun cuando eso significa que hay menos de 50% de probabilidad de una caída, el panorama podría empeorar si bajan los precios de la energía y el empleo.
La compañía también identificó a Wyoming, West Virginia y Alaska como lugares que podrían enfrentar las mayores caídas de precios de la vivienda.
El descenso del precio del gas natural ha repercutido en los costos del carbón, lo que coloca a los mercados inmobiliarios de Wyoming y West Virginia en riesgo de un retroceso a medida que caiga el empleo.
Otras ciudades que también están bajo el radar son Oklahoma y Louisiana, que se vieron perjudicados a causa de la sobreoferta de petróleo a mediados de los ochenta.
Aunque los cinco primeros puestos en la lista de Arch están en Texas (incluidas Houston y Austin), los expertos sostienen que la economía del estado está lo bastante diversificada para ayudar a suavizar el golpe.
La ajustada oferta ha sido una de las principales causas del aumento de los precios de la vivienda a lo largo de Estados Unidos, por lo que la falta de oferta podría evitar que los precios de las casas caigan mucho y muy rápido si los precios de la energía siguen bajando.
"Como hay escasez de viviendas... podríamos pasar a un mercado más equilibrado" , dijo Yun.
Si bien existe una relación entre los precios de la energía y los de la vivienda, no es una correlación inmediata, asegura JP Ackerman, responsable de productos estratégicos en la firma HouseCanary. Por lo general, tras el inicio de una caída prolongada en el mercado petrolero, pasan entre 15 y 24 meses para que reaccione el mercado de la vivienda.
"La salud actual de los mercados en Texas y otros, ricos en petróleo, probablemente todavía venga impulsada por los altos precios del petróleo previos a las fuertes caídas," explicó.
A su vez, algunos estados del país reciben un impulso del desplome de los precios de la energía, como los de la región de los Grandes Lagos.
"Cuando los precios del petróleo bajan, se estimula la demanda de automóviles y empleos, y eso impulsa en última instancia el valor de las casas", consideró Ackerman. "Cuando el petróleo superaba los 100 dólares el barril, Detroit se vio verdaderamente perjudicada."