La noche del domingo, ciudadanos polacos mantuvieron una vigilia a las afueras del palacio presidencial en honor al presidente fallecido Lech Kaczynski.
A la llegada de los restos del presidente, procedentes de Rusia, miles de personas salieron a las calles del centro de Varsovia para presenciar el cortejo fúnebre.
A lo largo de la jornada se realizaron numerosas misas en las iglesias de la capital polaca en memoria del mandatario y su esposa, así como en sinagogas, donde el presidente de la comunidad judía en Polonia, Piotr Kadlcik, recordó que Kaczynski fue el primer mandatario en aquel país en visitar un templo hebreo.
Tras la trágica muerte del mandatario se ha decretado en Polonia una semana de luto nacional en la que la mayoría de actividades culturales y deportivas serán canceladas.
A partir de este lunes, el féretro de Kaczynski será expuesto al público.
De acuerdo con el embajador polaco en Rusia, Jerzy Bahr, los restos mortales de la Primera Dama, Maria Kaczynski, no han sido encontrados entre los que ya se han sido identificados, razón por la cual no fue posible enviarla junto con su esposo.
Por lo pronto se espera la repatriación de todos los cuerpos para llevar a cabo el funeral oficial.
“Es imposible imaginar que el presidente no vaya a ser enterrado de su esposa” afirmó el portavoz de la Oficina Presidencial, Jacek Sasin.
Kaczynski y una comitiva de 96 personas viajaban a Rusia para la conmemoración del 70 aniversario de la massacre de soldados polacos por el regimen de Stalin. El avión donde viajaba se estrelló durante una maniobra de aterrizaje cerca de la comunidad de Smolensk.
Con información de EFE