Memorias de Laura Bush: George y yo podríamos haber sido envenenados

Laura Bush sugiere que ella y su esposo, así como algunos otros asistentes fueron envenenados durante la celebración de la Cumbre G8 (Grupo de los 8) en Alemania en el 2007, uno de varios nuevos detalles que saldrán a relucir en las memorias de la ex primera dama, "Spoken From the Heart" (Hablando desde el Corazón).
El libro llegará a los estantes el 4 de mayo, pero fue adquirido por CNN en una librería en el área de Washington, la señora Bush dice que el ex presidente George W. Bush se enfermó misteriosamente en su viaje a Alemania, a tal punto, que tuvo que guardar reposo en cama.
De acuerdo a la señora Bush, los doctores y el Servicio Secreto investigaron la posibilidad de envenenamiento, pero no hubo forma alguna de llegar a una conclusión definitiva.
El noticiero (que había sido archivado) que se transmitió durante el acontecimiento, muestra que la Casa Blanca reveló que Bush había faltado a algunas sesiones de la mañana durante la Cumbre porque había contraído un virus, pero los funcionarios de la Casa Blanca no proporcionaron más detalles en ese momento.
"Casi una docena de los miembros de nuestra delegación se enfermaron, hasta George, que comenzó a sentirse mal durante una reunión con el personal”, escribe la señora Bush. "Uno de los militares tenía dificultad para caminar y uno de los miembros del staff de la Casa Blanca perdió la audición de un oído. Sumamente alarmado, el Servicio Secreto peinó el resort en búsqueda de cualquier veneno en potencia”.
"George se sintió tan mal, que cuando se entrevistó con Sarkozy [Nicolas, el Presidente de Francia] no pudo siquiera levantarse para saludarlo”, y continuó, "Nunca supimos si alguna otra delegación se enfermó, o si la nuestra, misteriosamente, fue la única”.
Los extractos del libro fueron publicados por el periódico New York Times el martes.
El libro de las memorias -432 páginas- relata tanto la singular experiencia de ser la primera dama, así como una reflexión de los ocho años que pasó en la Casa Blanca, viendo como decrecía la popularidad de su esposo.
Entre los sucesos más conmovedores del libro se encuentra el que la involucró en el accidente de 1963 en Midland, Texas, en el cual mató a un buen amigo, que manejaba el otro auto.
Los detalles que rodean al accidente fueron utilizados por los opositores de Bush en su primera carrera por la Casa Blanca, la señora Bush pocas veces habló de este tema en público.
En sus memorias, la señora Bush habla sobre el accidente ampliamente, revelando lo que ocurrió después de que se paso un semáforo en rojo y se estrelló contra un auto estacionado en un autocinema. A los 17 años, la señora Bush manejaba el auto que chocó contra el de Mike Douglas, un amigo y compañero de la escuela a la que asistía la señora Bush. Douglas fue declarado muerto cuando llegó al hospital.
“Como consecuencia, todo lo que sentía era culpabilidad, me sentía muy culpable. De hecho, todavía lo siento. Es una culpa que voy a sentir el resto de mi vida, mucho más visible que la cicatriz que tengo en mi rodilla”, escribió la señora Bush.
“Todo el tiempo estuve orando para que la persona en el otro auto siguiera con vida. En mi mente, oraba ‘Por favor Dios. Por favor Dios. Por favor Dios’, una y otra vez.
La señora Bush escribe que ella y una amiga iban platicando cuando se pasó el alto, pero también dice que esa esquina era muy peligrosa, que la calle estaba oscura y que casi no podía ver el semáforo.
Al convertirse en un conductor culpable, la señora Bush dice que perdió la fe por “muchos, muchos años”.
“Era la primera vez que le pedía a Dios por algo, que le rogaba por algo, no el deseo sencillo que un niño hace a una estrella, sino el ruego por otro ser humano. Y fue como si no me hubiera escuchado. Mi súplica, en mi mente de 17 años, no hacía ninguna diferencia. La única respuesta fue el sonido del sollozo de la señora Douglas en el otro lado de la cortina en la sala de emergencia.
Gran parte de los primeros capítulos están dedicados a recordar historias familiares, con énfasis especial a las tragedias que su familia enfrentó durante la Gran Depresión y sobre sus principios como una joven mujer en Midland, Texas.
La señora Bush escribe apasionadamente sobre el tiempo que pasó como maestra en una escuela de minorías en Texas, antes de conocer a quien sería su futuro esposo.
La señora Bush también revela el trato frío que recibió de Barbara Bush, después de su matrimonio con su hijo.
"Desde el principio fue ferozmente sarcástica. Nunca ha rehusado decir lo que piensa” escribió Bush. “Se las maneja para insultar a casi todos mis amigos, con uno u otro comentario mordaz”.
La relación mejoró, pero cuando Laura y George se mudaron a Washington para estar cerca sus padres, ella escribe.
Sus memorias cubren detalladamente, muchas de las iniciativas políticas que la primera dama emprendió mientras estuvo en función, incluyendo sus esfuerzos para promover los derechos de la mujer en Afganistán, y el analfabetismo infantil en los E.U.
La primera dama también reconoce el error de sus hijas gemelas, quienes fueron encontradas tratando de ordenar bebidas alcohólicas en Austin, Texas, antes de cumplir los 21 años.
“Esa noche en Austin sucedió algo absurdo, de la misma forma que muchos chicos de 19 años lo son”, escribió la señora Bush.
“Pero lo que me incomodó pero un largo tiempo después del incidente, fue la imagen que se quedó en la mente del público, que Barbara y Jenna eran chicas a quienes les gustaba la fiesta”.
Durante el tiempo que se desempeño como primera dama, evitó realizar comentarios sobre política. Pero señala que la campaña para la presidencia de Bush (padre) en 1992 fue en verdad repugnante. La señora Bush escribe que durante la campaña, los críticos crearon “las caricaturas más horribles de George H.W. Bush, en las que casi no reconocía a mi suegro”.
Pero también critica al ex candidato a la presidencia John Kerry por mencionar la orientación sexual de la hija del vicepresidente Dick Cheneys en un debate en 2004, recordando el movimiento “corriente y sin gusto” sugiriendo que la campaña abría la puerta a una atmosfera hostil para candidatos políticos y sus familias.
“La estrategia de hacer pública de la vida privada de Mary Cheney, fracasó con los votantes de noviembre de 2004”, escribió. “Pero desde entonces, se ha aceptado burlarse de forma personal, de los candidatos, sus familias y de otros candidatos a títulos de elección; David Letterman se siente con la libertad de ridiculizar a la hija adolescente de Sarah Palin, y las risas de la audiencia. Esta es la herencia de la campaña del 2004”.
La señora Bush también usa sus memorias para ventilar comentarios críticos en contra de su esposo, la mayoría de los críticos del congreso, específicamente al líder de la mayoría del Senado Harry Reid y a la presidenta de la Cámara Nancy Pelosi. En una ocasión Reid llamó “perdedor” a Bush, mientras que Pelosi comentó que era un “líder incompetente”.
“Los comentarios no fueron pedidos, y no tuvieron gracia alguna”, Bush escribió. “Mientras los opositores políticos del presidente, así como sus partidarios, tengan el derecho de hacer una crítica legítima, y mientras nuestros debates nacionales deberían ser animados y enérgicos, estos mundos particulares revelaron la naturaleza tan pequeña de algunos que sirven en el Congreso”.
“George, como presidente, nunca hubiera utilizado ese lenguaje al hablar de ellos”, añadió.
Las memorias del presidente George W. Bush, “Decision Points” (Puntos de Decisión), saldrá a la venta en noviembre del 2010.