Hijo de Corazón Aquino gana elecciones en las Filipinas

El hijo de la venerada ex Presidenta de las Filipinas, Corazón Aquino, es el nuevo dirigente del país, a menos de un año de la muerte de su madre.
El Congreso de las Filipinas proclamó este miércoles a Benigno Aquino III como próximo presidente del país, después de que obtuvo en las elecciones realizadas en mayo más de 15 millones de votos, cerca de 5.7 millones de votos más que el antiguo presidente Joseph Estrada, su principal contrincante.
Aquino asumirá su cargo el 30 de junio, reemplaza a Gloria Arroyo, quien no pudo participar en las elecciones debido al límite de un periodo de seis años establecido por Corazón, la madre de Aquino, durante su administración entre 1986 y 1992.
Tanto Corazón como su esposo Benigno son venerados en su país por su participación en el fin de la dictadura de Ferdinand Marcos, que duró 20 años.
El padre de Benigno fue asesinado a su regreso de un exilio en los Estados Unidos en 1983. El líder de la oposición regresó a las Filipinas para sacar a Marcos del poder.
Tras su muerte, la misión quedó en manos de su esposa Corazón, quien ganó el apoyo y la admiración del electorado con su movimiento People Power.
En medio de acusaciones de fraude electoral y un motín del ejército nacional, el Gobierno de Estados Unidos, bajo Ronald Reagan, retiró el apoyo que le daba a Marcos y el dictador huyó exiliado a Hawai.
Corazón Aquino llegó al poder en 1986 en un país con una deuda de $28,000 millones de dólares, amplia pobreza y una firme insurgencia marxista. Estableció una constitución estilo norteamericano que limita a los presidentes a un periodo de seis años y sobrevivió seis intentos de golpe de estado, incluyendo uno que venció con la ayuda de Estados Unidos.
Dejó el cargo al término de su periodo en 1992, para que Fidel Ramos tomara el poder, seguido por Joseph Estrada, y la presidenta actual, Gloria Arroyo.
Aquino murió en agosto de 2009 tras una larga batalla contra el cáncer de colon. Sus seguidores ahora apoyan a su hijo, quien usa el color amarillo, distintivo de su madre, y habla de devolver el poder a la gente.
“Somos servidores públicos”, dijo Aquino a CNN el martes pasado. “Son el público, son los amos, son los que tienen deseos y necesidades que deben ser deseados y recibidos. Y vamos a regresarlo a ese punto”.
Eso significa hacer posible que la gente mejore sus vidas, dijo.
“Se quiere nivelar el campo de juego, darle a todos la oportunidad de mejorar su posición en la vida, y las herramientas para hacerlo”, agregó.
La reportera Maria Ressa dijo que desde que Aquino se retiró del poder muchos filipinos sienten que la promesa de su movimiento People Power no se ha cumplido.
El joven Aquino, quien tiene poca experiencia como legislador, aprovechó la decepción colectiva del pueblo para conseguir apoyo, dijo Ressa.
Aquino prometió poner los intereses del país por encima de cualquier motivación política.
“Tengo la libertad de decidir lo mejor para el país, en vez de enfocarme en consideraciones políticas”, explicó Aquino.
Una de sus prioridades, dijo el futuro Presidente, es luchar contra la corrupción en un país donde la mayoría de la gente, de acuerdo a una encuesta reciente realizada por la organización Transparencia Internacional, siente que el gobierno anterior le falló.