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El Superdomo de Nueva Orleáns, a cinco años de 'Katrina'

Lo que se convirtió en el ícono de la tragedia de toda una ciudad hace cinco años, continúa su proceso de recuperación
dom 29 agosto 2010 11:38 AM
SUPERDOMO
KATRINA-SUPERDOMO SUPERDOMO

De todos los momentos más drásticos del huracán Katrina, uno de los peores fue cuando llegó la noticia de que el techo del Superdomo de Louisiana se estaba cayendo.

Durante la tormenta y días después, el domo fue la última opción de refugio para las personas que no tenían a dónde ir.

Aquello era la imagen de lo que pasaba en la ciudad misma, y se convirtió en un símbolo de los errores con la evacuación de la población.

El Superdomo sufrió enormes daños, 70% de sus 10 hectáreas fue arrancada, dejando al descubierto la estructura metálica, permitiendo que el agua del mar la inundara.

Más de 70,000 asientos en el estadio quedaron mojados, y el agua se precipitaba sobre casi 2 millones de metros cuadrados de muros, aparatos electrónicos y muebles.

Doug Thornton, vicepresidente de SMG, una compañía administradora a cargo del Superdomo, vio como la joya de la ciudad se desmoronaba.

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"Había proyectiles que fueron directo hacia el cuerpo de aluminio del Superdomo", dijo. "Estábamos muy preocupados de la caída de los escombros desde el techo. No teníamos la presión del agua. No teníamos la capacidad para remover los desechos y escombros, y estábamos recibiendo a más y más gente. El Superdomo era literalmente la imagen de miseria y sufrimiento".

Mientras el último refugio de la tormenta era evacuado finalmente días más tarde, Thornton voló en un helicóptero y echó un vistazo desde su vecindario hasta el Superdomo, viendo en todo el camino un mar de agua. “No creí que ahí pudiera haber alguna forma para volver…. ni a la ciudad, ni al domo, ni a mi casa”.

Sin embargo, en cuestión de días, él y su equipo regresaron, llamó a los arquitectos, y empezaron a examinar el domo para ver si podría rescatarse. Por un mes, se desplazaron sobre la estructura, estudiando los componentes estructurales, y finalmente decidieron que la restauración podría intentarse. Quizá a largo plazo, pero possible.

Montones de escombros fueron removidos. Cualquier cosa abajo que haya estado dañada fue quitada, así como el costoso remplazo de lo que había sido perdido al principio. El costo fue asombroso. Un nuevo sistema de sonido fue colocado por unos 7 millones de dólares. Puestos de comida: 3 millones de dólares, mientras que el sistema de video y teléfonos costaron 8 millones cada uno. Y así fue sumándose.

Todo esto sucedía bajo una enorme presión de tiempo. La NFL quería que los Santos abrieran la temporada 2006 en el Superdomo, y ese juego fue pospuesto por poco más de un año después de Katrina. Era necesario trabajar los siete días a la semana.

Thornton está agradecido por cada descanso que tenían. El equipo de trabajo encargado de remplazar el techo, izaron un bandera que decía “No huracanes” como una broma para mantener lejos cualquier tormenta que pudiera retrasar los esfuerzos. Eso funcionó, puesto que terminaron un mes antes de lo programado.

Adentro, todos los asientos mojados estaban llenos de hongos. No podían permitirse el lujo de remplazarlos todos, así que los limpiaron, cubrieron con plástico, y por dos meses pasaron aire caliente sobre el plástico para que secara completamente, y eliminar así cualquier residuo de moho. Eso funcionó también. Sólo 20,000 pudieron rescatarse.

Thornton se encuentra muy arriba en las gradas mirando sobre la vasta extensión de los asientos y mueve su cabeza con asombro. “Si hubiéramos tenido que remplazar 72,000 asientos, no lo hubiéramos logrado”.

Pero lo hicieron. Mucho quedó por hacer, sin embargo, el domo fue declarado listo para el futbol americano, y llenado con fanáticos deseosos de ver a sus amados Santos de Nueva Orleáns ganándole a los Halcones de Atlanta en la apertura de su estadio. Desde entonces, los Santos han ganado, por supuesto, el campeonato de la NFL, haciendo que todo el regreso pareciera como si hubiese sido predestinado.”

Por cinco años, el trabajo no ha parado. Este es el proyecto de restauración más grande de un estadio que se haya intentado hacer en Estados Unidos. Cuando todo esté terminado, tendrá un costo de más de 300 millones de dólares.

Y aún, este es de los pequeños momentos que Thornton más recuerda mientras camina por los pasillos, viendo a este símbolo de una ciudad sitiada.

Cerca de una puerta del estadio, señala hacia un lugar donde todos los días, durante la inundación, vio a una anciana en cuclillas, intentando ayudar a unos niños.

Dijo que se pregunta, cada vez que pasa, qué habrá sucedido con ella.

No obstante, como lo hiciera con el Superdomo, espera lo mejor, y trabaja en eso.

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