Chávez llega a unas elecciones cruciales para su proyecto 'revolucionario'
En 13,376 mesas electorales, los venezolanos sabrán este domingo si su voto sirve para darle un mensaje, de respaldo o de rechazo, al presidente Hugo Chávez.
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, 17.5 millones de electores tendrán la oportunidad de votar para elegir a los nuevos parlamentarios del país.
Según reportes de medios, la presidenta del CNE, Tisibay Lucena, dijo que hay 150 “acompañantes internacionales” invitados por el organismo y los diversos partidos políticos.
En la elección, se renovará el Parlamento, compuesto por 165 diputados de la Asamblea General. Actualmente, la mayoría la conforman legisladores simpatizantes de Chávez luego de que la oposición boicoteó las elecciones de 2005.
El reto de Chávez y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) , creado por el mandatario hace tres años, es obtener un triunfo que les garantice una mayoría de dos tercios que les permita mantener en su agenda los propósitos de la Revolución Bolivariana que el presidente pregona.
Con esa mayoría calificada, es decir, 110 de los 165 escaños, Chávez y el PSUV tendrían el control de la cámara y manga ancha para seguir dictando la política económica del país.
Según un análisis de James Petras, de Global Research, la oposición derechista, representada en el Parlamento en una Mesa de Unidad, pretende bloquear el avance de las nacionalizaciones en algunas industrias estratégicas venezolanas. Asimismo, asegura Petras, el bloque opositor busca generar más presión externa al gobierno de Chávez, sobre todo por su apoyo a las causas de Irán y Palestina.
Pero Chávez se enfrenta también al hecho de que su popularidad, inclusive dentro de las clases más bajas de la población, ha decaído.
Un análisis de RBS establece que la aprobación de la gestión de Chávez es de 47%, pero no se traduciría en la intención de voto.
En este sentido, diversos sondeos afirman que la oposición podría obtener hasta 30% de los asientos en disputa, pero hay también una cantidad muy elevada, 37%, de electores que no han decidido su voto y que podrían cambiar la balanza.
Quizá Chávez presiente que los tiempos han cambiado y, por ello, ha hecho una campaña en la que ya no garantiza un triunfo demoledor, como en las cuestionadas elecciones de 2005, sino que se “conforma” con tener por lo menos los 110 legisladores afines.
Ese debe ser el “tamaño de la victoria”, dijo a la agencia EFE el analista político Luis Vicente León.
Se trata, dijo León a EFE, de parlamentarias cuyos resultados en ningún caso significan que Chávez vaya a dejar de gobernar, sino que simplemente lo podrá hacer con más o menos comodidad.
León declaró que más grave que tener o no estos dos tercios de la Asamblea sería que el oficialismo perdiera en número total de votos y aún así, por el sistema electoral en vigor y el reparto de diputados por circunscripciones, tuviera más escaños.
Según Siobhan Morden, analista de RBS, más que los resultados de la elección, importará más cómo Chávez asume la decisión de la mayoría y, en consecuencia, aplicar una política económica acorde a la nueva realidad.
Venezuela tendrá un periodo de tres meses entre las elecciones y el establecimiento de la nueva Asamblea. En ese tiempo, se verá si Chávez acepta el resultado de los comicios, cualesquiera que éstos sean.