La premio Nobel de la Paz norirlandesa, Mairead Maguire, ha sido deportada de Israel por entrar de forma ilegal, tras permanecer detenida en las dependencias judiciales del aeropuerto de Ben Gurión, a las afueras de Tel Aviv, durante más de una semana.
La pacifista fue expulsada del país e ingresada en un vuelo a Dublín a las cuatro de la madrugada del martes, en cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo israelí, que el lunes rechazó su apelación para que se le permitiese quedar y participar en un proyecto con mujeres pacifistas.
La presidenta de la corte, Dorit Beinish, y otros dos jueces, fallaron que Maguire trató de "imponer su propia justicia" cuando el pasado martes se presentó en el aeropuerto de Tel Aviv e intentó entrar en Israel a pesar de que pesa sobre ella una orden de prohibición durante 10 años.
Durante la vista, la activista dijo que viajó a Israel para "detener el 'apartheid' y el ", declaración que fue interrumpida por uno de los jueces que señaló a la acusada que la sala del tribunal "no es lugar para propaganda".
Los jueces criticaron el comportamiento de la premio Nobel por no haber recurrido antes de emprender viaje a los mecanismos legales que tiene a su disposición para conseguir que la orden sea anulada, y que consiste en apelar al Ministerio del Interior.
Por esta razón, los tres magistrados fallaron que no intervendrán en la orden de expulsión expedida por la policía después de ser arrestada a su llegada al aeropuerto de Tel Aviv.
La Policía israelí le denegó la entrada en cumplimiento de un documento, firmado por la propia Maguire a principios de junio, tras llegar al puerto de Ashdod que pretendía romper el bloqueo a Gaza y fue abordada violentamente por la Marina israelí.
La activista, que en 1976 recibió el destacado galardón por sus esfuerzos para acabar con la , llegó en esta ocasión a Israel para participar en una campaña solidaria con mujeres pacifistas israelíes y palestinas, y tenía previsto encabezar una iniciativa de paz junto a la también premio Nobel Jody Williams.
Antes de ser deportada el pasado mes de junio, Maguire firmó el escrito, en el que constataba que tenía prohibido entrar en Israel por los próximos diez años, aunque ha insistido en que lo hizo confundida y que no aceptaba semejantes condiciones