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Human Rights Watch denuncia abusos contra saharauis en Marruecos

La organización afirma que tiene pruebas de que las fuerzas marroquíes dispararon contra civiles y que los detenidos recibieron abusos
vie 26 noviembre 2010 10:51 AM
Marruecos
abusos saharauis Marruecos

Human Rights Watch (HRW) denunció "repetidos abusos" por parte de las fuerzas de seguridad de Marruecos contra los saharauis detenidos tras los disturbios del 8 de noviembre en las afueras de El Aaiún.

En un informe que recopila testimonios de víctimas, la organización concluye que "las fuerzas de seguridad marroquíes también atacaron directamente a los civiles" y que los derechos humanos de los detenidos fueron violados.

El 8 de noviembre la policía marroquí desmanteló por la fuerza el campamento de Gdeim Izik, donde miles de saharauis habían instalado 6,500 tiendas de campaña para reclamar mejores condiciones económicas y sociales en la parte del Sahara occidental bajo control de Marruecos.

Los saharauis detenidos durante el desmantelamiento recibieron "palizas que dejaron a algunos de los detenidos inconscientes, además de que les orinaron encima y les amenazaron de violación", dio a conocer HRW.

"El abogado de uno de los detenidos comunicó al juez que su cliente había sido violado, y muchos otros recibieron palizas y otros abusos", relata la organización, que señala también que Marruecos no ha permitido a los familiares de los detenidos ir a visitarles, según les dijeron esas personas en diversas entrevistas.

Los enfrentamientos del 8 de noviembre provocaron la muerte de once miembros de las fuerzas de seguridad marroquíes y de dos civiles, según datos oficiales de Marruecos que no han sido comprobados por las organizaciones de derechos humanos, además de numerosos actos de destrucción de propiedades privadas.

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HRW no ha podido comprobar por sí misma la cifra de muertos y heridos, pero comunicó que tiene pruebas de que agentes marroquíes "dispararon el 8 de noviembre en El Aaiún hiriendo a civiles", y que también protagonizaron otros "ataques violentos contra saharauis. Al día siguiente, las autoridades marroquíes lo negaron".

"Las fuerzas de seguridad tienen derecho a usar la fuerza de manera proporcionada para prevenir la violencia y proteger las vidas, pero nada justifica golpear a las personas bajo custodia hasta dejarles inconscientes", dijo la directora de HRW para África y Oriente Medio, Sarah Leah Whitson, mediante un comunicado de prensa, en el que aparecen los testimonios de varias víctimas.

HRW acusa a las fuerzas antidisturbios de haber actuado junto a "civiles marroquíes en acciones de castigo contra civiles y hogares, además de impedir a los heridos saharauis acceder a tratamiento médico".

Tras los incidentes, Marruecos detuvo a cientos de saharauis, de los que "todavía retienen a un centenar. Nueve han sido trasladados a Rabat" como parte de la investigación que "sigue un tribunal militar, según comunicaron sus abogados a HRW".

La organización humanitaria denuncia también las restricciones para el acceso a la información que Marruecos impuso sobre El Aaiún y la entrada limitada de medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales, como fue el caso de uno de sus investigadores.

Marruecos impidió dos veces que un investigador de HRW tomara un avión hacia El Aaiún el 11 de noviembre, aunque al día siguiente le permitió el vuelo y permaneció en el territorio hasta el 16 de noviembre realizando entrevistas a civiles y policías, al igual que al gobernador de El Aaiún, Mohamed Jelmous.

Whitson expresó su satisfacción porque "Marruecos ha cambiado el rumbo y nos ha permitido investigar en El Aaiún, pero un gobierno que repetidamente dice que no tiene nada que ocultar debería demostrarlo, permitiendo a toda la prensa y a las ONG entrar y recoger información sin obstáculos".

HRW intentará vigilar la investigación oficial abierta por el fiscal marroquí del tribunal de apelaciones de El Aaiún, así como el tratamiento dado a las víctimas de derechos humanos que lo denunciaron.

Según la organización, en esos ataques participaron policías de unidades antidisturbios y fuerzas auxiliares, "que asisten a otros cuerpos de las fuerzas de seguridad y que no forman parte del ministerio del Interior".

"El abogado de uno de los detenidos comunicó al juez que su cliente había sido violado, y muchos otros recibieron palizas y otros abusos", relata la organización, que señala también que Marruecos no ha permitido a los familiares de los detenidos ir a visitarles, según recopiló en diversas entrevistas.

En su informe incluye, entre otros, el relato del saharaui Ahmed Jadahlou Salem, de 34 años, que dijo a HRW que en la mañana del desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik, fue detenido por gendarmes marroquíes que lo "golpearon y patearon hasta perder la consciencia".

"Cuando despertó, todavía en el campamento, recibió patadas en el pecho y lo arrojaron a un camión", en el que había "otras 30 a 40 personas esposadas" y heridas, que fueron trasladadas a la gendarmería, en donde de nuevo fueron golpeados.

HRW dice que, según el testimonio de Salem, "en una habitación de la gendarmería había detenidos 72 varones", que durante los interrogatorios recibieron "patadas o bofetones" y fueron amenazados con ser violados.

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