El cólera desborda la capacidad sanitaria de las zonas más pobres de Haití
Los estragos del cólera tienen contra la pared al personal sanitario de Ouanaminthe y Fort Liberté, dos pueblos haitianos cercanos a la República Dominicana, donde la falta de camas y medicamentos reduce las posibilidades de salvar vidas entre una población desesperada.
El cuerpo médico que asiste a los centenares de afectados ha denunciado la precaria situación con la que deben lidiar a diario y lamenta la extrema pobreza de los enfermos, muchos de los cuales ni siquiera pueden llegar a los centros asistenciales por falta de recursos.
Calixto Pierre, líder comunitario, aseguró que el cólera seguirá en aumento en su país, debido a las condiciones infrahumanas y el hacinamiento en que viven los habitantes de los pueblos del noroeste de Haití, una de las zonas más afectadas.
"En Ouanaminthe -ubicada a 600 metros del perímetro urbano de la ciudad dominicana de Dajabón- no hay agua potable, ni sistema cloacal, la gente toma el agua del río Masacre y otras fuentes contaminadas", dijo Pierre.
La falta de letrinas obliga a muchos haitianos a utilizar fundas plásticas para los desechos personales que luego lanzan a los vertederos de Ouanaminthe y otras localidades cercanas.
Frometa Adrian Jean, trabajadora social, confirma esta situación. Cuenta que han registrado decenas de casos de cólera y defunciones a causa de la enfermedad, especialmente en Ouanaminthe, Fort Liberté, Cabo Haitiano, Lembé, Gillete, Capotillo, Trou du Nort, Millot, Derac y otros pueblos del noroeste de la isla.
De las 2,591 muertes hasta el momento, al menos cuatro se registraron en los últimos cinco días en Ouanaminthe y Fort Liberté. Las salas de los hospitales de esos pueblos y otros centros habilitados por las Naciones Unidas y organismos internacionales humanitarios han agotado su capacidad para recibir a más pacientes, cuenta Jean.
"Aquí reina la incertidumbre y la desesperación por la falta de suero y antibióticos para asistir a los enfermos", se lamenta Omar Ramírez, un médico de la delegación cubana.
Ramírez asegura que en Ouanaminthe las autoridades haitianas -con la ayuda de organismos internacionales- han habilitado una carpa en las cercanías del hospital para atender a la gran cantidad de personas que acude en busca de asistencia.
Crisis humanitaria por la epidemia
Sin embargo, la muerte también ronda la misma zona del noroeste haitiano.
Afuera de estos centros hospitalarios están apilados numerosos ataúdes donados por organismos humanitarios para facilitarlos a los familiares de los fallecidos por cólera.
En algunos actos de desesperación haitianas han cargado con sus niños en sus hombros o agarrados de sus manos para atravesar el río Masacre y cruzar a territorio dominicano para buscar asistencia médica.
"Mi hijo de un año y siete meses se me muere, lo llevé ayer (martes) con diarrea al hospital de Ouanaminthe, pero no me lo atienden porque los médicos no alcanzan y no hay suero ni cama", relata Rhinita Cafreur Pierre, mientras trataba de cruzar la frontera para ingresarlo en el hospital público de Dajabón.
"Muchas personas que viven en comunidades rurales con síntomas de cólera, no acuden a los hospitales de sus pueblos porque no disponen de los recursos para el transporte y entonces son tratados en sus humildes viviendas, lo que empeora su situación y provoca un mayor número de defunciones", aseguró Calixto Pierre.
"Aspiramos a un Estado como el de República Dominicana que cuando las autoridades de salud se enteran de que hay un caso sospechoso de la enfermedad, envían un equipo de médicos y epidemiólogos que examinan al paciente y si entienden que hay que internarlos lo hacen con todas las atenciones", agregó el dirigente comunitario.