Los primeros hombres en pasar la Navidad en el espacio
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra...” leía el astronauta William Anders a 384,000 kilómetros de nuestro planeta, mientras los terrícolas miraban –en una de las transmisiones más vistas de la historia– la imagen del planeta Tierra hundida en la negrura del espacio, contrastada al fondo con la superficie lunar.
Pausadamente leyó, para cerca de un billón de personas que lo sintonizaban ese 24 de diciembre, la primera parte del Génesis al lado de sus compañeros, y les deseó a todos los terrícolas "Feliz Navidad" desde el espacio.
Era 1968 y él, junto con Frank Borman y Jim Novell, conformaban el trío de los primeros seres humanos en pasar la Navidad en el espacio, dando vueltas en la órbita de la Luna a bordo del Apollo 8, el primer cohete tripulado que salió de la órbita terrestre y se insertó en la de otro cuerpo celeste.
Después de la muerte de tres astronautas en tierra del Apollo 1, éste fue el paso decisivo que Estados Unidos daría para ganar la carrera que mantenía contra Rusia, para llevar al hombre a pisar la Luna en el año siguiente, en 1969.
La Navidad volvería a sorprender en años posteriores, pocos al principio, pero a cada vez más y más seres humanos en el espacio. En 1973, 1996, y en años consecutivos.
Ya para el 2000, la Estación Espacial Internacional vería a los primeros tripulantes abrir regalos y comunicarse con sus familias a través de la radio.
Después de que leyeran los tripulantes del Apollo 8 el Génesis, el comandante Borman se despidió así de parte de toda la tripulación, que cuatro días después volvería a salvo a tierra:
“Y desde la tripulación del Apollo 8, cerramos por hoy con buenas noches, buena suerte, Feliz Navidad, y que Dios les bendiga a todos, a todos los que habitan en esta buena Tierra”.