Los secuestros hechos por piratas somalíes alcanzan su máximo desde 2005
Las personas secuestradas por piratas somalíes son al momento 715, el número más alto desde que en 2005 empezó la crisis por la piratería en la región, aseguró este domingo la organización Ecoterra.
Se calcula que los piratas también conservan 42 barcos, lo cual se produjo pese a la vigilancia marítima de 25 naciones, señaló el organismo con sede en Nairobi, dedicado a la vigilancia de la navegación, la pesca y a documentar los casos de piratería en el océano Índico.
"Mientras miles de millones se gastan en la militarización y mercenarios (compañías de seguridad), aún no hay ayuda para pacificar y desarrollar las áreas costeras de Somalia", indica Ecoterra.
Organismos de la ONU, el gobierno transitorio somalí y diversas organizaciones humanitarias han señalado repetidamente que la solución del problema de la piratería en Somalia empieza por el desarrollo del país, que no tiene un gobierno efectivo y vive una permanente guerra civil desde 1991.
La extrema miseria en que viven los pescadores y habitantes del interior de Somalia es el caldo de cultivo para la proliferación de piratas, que buscan unos rápidos e importantes ingresos, pese a los riesgos que esa actividad comporta.
Según la operación naval de la Unión Europea en Somalia Atalanta, los barcos en poder de los piratas son actualmente 25 y los rehenes 601, pero Ecoterra explica que en esas cifras no se incluyen pequeños buques y pesqueros de países próximos ni sus tripulantes, que también están secuestrados.
El último barco secuestrado por los piratas somalíes fue el carguero tailandés 'Thor Nexus', abordado en la madrugada del sábado a unas 450 millas al noreste de la isla de Socotora, según Atalanta.
El barco, con 27 tripulantes y de 20,377 toneladas, se dirigía hacia Bangladesh desde los Emiratos Árabes Unidos cuando fue atacado y no está cubierto por el Acuerdo ITF, un convenio colectivo internacional que garantiza los derechos de los tripulantes.
Los elevados rescates pagados para la liberación de los barcos, cientos de millones de dólares en los últimos cinco años según la ONU, hacen que los piratas somalíes cuenten con mejor armamento y equipos de navegación y comunicaciones cada vez más modernos para seguir sus actividades.
Los ataques de estos piratas se registran cada vez más lejos de sus refugios en la costa somalí, algunos a una distancia superior a las 1,000 millas.
Somalia se encuentra en un estado de guerra civil permanente y carece de un gobierno efectivo desde que fue derrocado el dictador Mohammed Siad Barre, en 1991, y su territorio está controlado por milicias islámicas, señores de la guerra tribales y, en ocasiones, grupos de bandidos.