Susana Martínez, la primera mujer hispana en asumir una gubernatura en EU
La republicana Susana Martínez se convirtió este sábado en la primera mujer hispana en asumir la gubernatura de una entidad estadounidense, al recibir legalmente en el primer minuto de este sábado los poderes como gobernadora de Nuevo México.
Los eventos por el inicio del nuevo gobierno comenzaron la noche del viernes, cuando la ahora nueva gobernadora acudió a la Catedral de San Francisco de Asís para recibir la bendición de parte del arzobispo Michael Sheehan.
Martínez, una abogada de 51 años de edad, fue acompañada en ese acto por su esposo Chuck Franco, quien se retiró en fecha reciente como subjefe de la Oficina del Alguacil del Condado de Doña Ana, en el sur de Nuevo México.
El ahora ex gobernador Bill Richardson decidió no participar en los actos de inauguración y recibió el año nuevo en Ruidoso, una comunidad del sur de Nuevo México.
Martínez es considerada una figura política emergente en las filas republicanas, en un estado con la mayor proporción de población hispana en el país, en donde más de 40% de los residentes pertenecen a este grupo étnico que tradicionalmente apoya a los políticos de extracción demócrata.
Desde este sábado, Nuevo México deja atrás ocho años de administración demócrata, para dar paso a una nueva era republicana encabezada por una hispana.
En su campaña política, Martínez aprovechó la baja popularidad que tenía Richardson, quien terminó su administración con la desaprobación del 57% de los residentes de la entidad.
Martínez venció en las elecciones de noviembre pasado a Diane Denish, quien hasta la noche del viernes fungió como secretaria de Estado de Nuevo México.
Martínez nació en El Paso, Texas, en 1960 y creció en esa frontera donde se graduó de preparatoria y a mediados de la década de 1980, tras graduarse de abogada en la Universidad de Oklahoma, cambió su residencia a Las Cruces, Nuevo México.
Su carrera política y como funcionaria pública comenzó en 1996 al ser elegida procuradora del condado de Doña Ana, en Las Cruces, cargo en el que ha sido reelegida en tres ocasiones.
Como procuradora, Martínez se enfocó en el procesamiento de casos de abuso infantil y corrupción pública, lo que le ha valido varios reconocimientos estatales.
A lo largo de su campaña como candidata a la gubernatura, Martínez se definió como conservadora opositora al aborto, al matrimonio de homosexuales y a la adopción por parejas del mismo sexo.
La republicana favorece además el derecho a portar armas sin que se realice una inspección de historial de la persona, aunque favorece el dedicar más fondos para combatir la delincuencia.
En inmigración, Martínez ha dicho que buscará revertir la ley estatal que provee licencias de conducir a inmigrantes indocumentados y buscará negar acceso a la educación superior con fondos estatales a hijos de inmigrantes ilegales.