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Alemania cierra más de 1,000 granjas de animales alimentados con tóxicos

Alemania cerró un millar de granjas de aves y cerdos que eran alimentados con tóxicos; la carne y los huevos eran para consumo humano
mié 05 enero 2011 09:07 AM
huevos contaminados
huevos huevos contaminados

Las autoridades alemanas han cerrado más de 1,100 granjas porcinas y avícolas desde el pasado 23 de diciembre luego de detectar que los animales eran alimentados con un forraje que contenía sustancias químicas altamente venenosas, según un informe del Ministerio de Agricultura dado a conocer este miércoles.

Los huevos y la carne producidos en las granjas eran para consumo humano. La noticia se convertido en un escándalo en el país europeo.

"Va a llevar varias semanas efectuar los controles de contaminación con dioxina, pero la protección al consumidor es lo prioritario", dijo un portavoz del Ministerio de Agricultura de Baja Sajonia (centro), donde se ubican la mayoría de las granjas que usaron el forraje contaminado.

El gobierno de Renania del Norte (Westfalia) publicó una lista de los números de serie de los huevos contaminados que al parecer ya fueron consumidos.

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El ministro de Agricultura de Thuringia convocó a una reunión con todos sus homólogos alemanes "para exigir sanciones a los charlatanes de la industria".

La Federación Alemana de Agricultores exigió que el fabricante que distribuyó el alimento contaminado asuma la responsabilidad y el pague las pérdidas causadas a los granjeros.

Las Comisión Europea solicitó información detallada a las autoridades alemanas porque existe la posibilidad de que parte de la carne y los huevos contaminados fueran exportados. "Tenemos que comprobar si otros países están también afectados", justificó Frederik Vincent.

Los cierres

La primera granja fue cerrada el 23 de diciembre pasado en Renania del Norte. Ahí fueron sacrificadas cerca de 8,000 gallinas ponedoras, aunque para entonces la granja ya había distribuido más de 120,000 huevos contaminados entre los comercios alemanes.

La cadena de contaminación comenzó en una fábrica de forraje del norte del país (Emden) donde se utilizó ácido graso de biodiesel (un lubricante) que contenía dioxinas para fabricar grasa vegetal (piensos), según una investigación que lleva a cabo la fiscalía alemana.

La fábrica vendió los piensos a varias empresas, entre ellas, Harles & Jentzsch de Uetersen, la cual, a su vez, produjo 547 toneladas de alimento con las sustancias químicas venenosas.

El Ministerio de Agricultura calcula que en total se distribuyeron 3,000 toneladas de alimentos contaminados.

Los piensos contaminados fueron empleados en granjas de Renania del Norte, Sajonia-Anhalt, Sajonia, Turingia y Brandeburgo.

Los contaminantes con los que se alimentó a los animales, conocidos como dioxinas, son considerados cancerígenos por la Organización Mundial de la Salud.

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